Ruz investiga a Jordi Pujol Ferrusola por una comisión de 9,7 millones de Euros en México

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elmundo.es

 

La Audiencia Nacional sospecha que Jordi Pujol Ferrusola cobró una comisión encubierta de Isolux Corsán al vender a este gigante de las infraestructuras, contratista de la Generalitat catalana, su parte en un macroproyecto turí­stico mexicano, obteniendo un beneficio de 13 millones de dólares (9,7 millones de euros) en sólo dos aí±os.

El juez Pablo Ruz, que investiga la corrupción del clan Pujol, acaba de requerir a la empresa espaí±ola toda la documentación sobre la compra del proyecto Azul de Cortez, el más importante desarrollo turí­stico de Baja California Sur.

Se trata de un complejo que se extiende sobre una superficie de 800 hectáreas junto al golfo de California, también conocido como Mar de Cortés, y en el que está prevista la construcción de un campo de golf diseí±ado por Greg Norman, una marina, dos hoteles con 280 habitaciones y unas 2.000 residencias de lujo destinadas principalmente al público estadounidense y canadiense.

El ambicioso proyecto Azul de Cortez engloba un volumen de negocio superior a los 3.000 millones de dólares, tal y como han certificado ya consultoras como Lazard o Deloitte, y en su génesis se encuentra el hijo del ex presidente autonómico catalán.

Según aseguran a EL MUNDO fuentes próximas a la operación, Jordi Pujol Ferrusola desembolsó a mediados de 2006 «tres millones de dólares» para hacerse con un 21,5% del desarrollo del negocio, «articulando los pagos a través del BBVA». Adquirió entonces un paquete de lo que en México se conoce como el fideicomiso, convirtiéndose por lo tanto en «fideicomisario o fideicomitente». Esta figura legal no sólo abarca la propiedad del terreno, sino las posibilidades de negocio sobre el mismo.

Tal y como desveló el suplemento ‘Crónica’ de este periódico en mayo de 2013, Pujol Ferrusola aterrizó en esta operación como «propietario del inmueble descrito [la finca de 800 hectáreas], del proyecto ejecutivo para la construcción del desarrollo turí­stico y las viviendas que se construyan sobre el inmueble descrito», informa Martí­n Mucha.

No obstante, hasta ahora las cifras de este nuevo negocio millonario del primogénito del ex presidente de la Generalitat eran una incógnita. Toda vez que, como apuntó este diario, la cifra oficial de compra que consta en uno de los contratos asciende a «un peso mexicano».

Pujol Ferrusola instrumentó la operación a través de su sociedad limitada Iniciatives, Marketing i Inversions, entidad investigada por la Audiencia Nacional por blanqueo de capitales y delito fiscal, dedicada originariamente al negocio del mármol y del granito bajo la denominación de Natural Stone, y a la que la Agencia Tributaria ha detectado ya fondos en Luxemburgo.

Pujol Ferrusola, que hizo las veces de mero conseguidor en el proyecto del Mar de Cortés, vendió poco después su paquete del 21,5% a Isolux Corsán. Lo hizo en diciembre de 2008, obteniendo una espectacular plusvalí­a: 13 millones de dólares (9,7 millones de euros).

El miembro del clan catalán estableció personalmente los contactos con la directiva de la empresa espaí±ola para proponerle el negocio en primera instancia, en el que entró con una pequeí±a participación, y le vendió su parte acto seguido sin haber llevado a cabo ninguna gestión relevante. No en vano, Pujol Ferrusola no dispone de capacidad de gestión ni infraestructura alguna para llevar a cabo un proyecto de estas caracterí­sticas.

Al mismo tiempo que compró la parte de Pujol Ferrusola, la empresa espaí±ola adquirió las participaciones en este fideicomiso a otros empresarios tanto espaí±oles como mexicanos, desembolsando un total de «79 millones de dólares», con el objetivo de llevar a cabo en solitario el desarrollo del negocio inmobiliario.

Isolux Corsán valoró que el tí­tulo de propiedad del terreno estaba «limpio», tal y como aí±aden las mismas fuentes. Es decir, que pese a las ingentes dimensiones del terreno estaba perfectamente delimitada la propiedad del mismo. Un extremo que constituye un importante activo, teniendo en cuenta las habituales complejidades registrales mexicanas. Pero también tuvo en cuenta el gigante espaí±ol que el proyecto disponí­a de las licencias urbaní­sticas correspondientes, así­ como que cumplí­a con la exigente normativa medioambiental del paí­s. De tal forma que, a dí­a de hoy, se han construido ya las infraestructuras básicas y está a punto de comenzar la construcción del complejo turí­stico.

Tanto el juez Ruz como la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (Udef) de la Policí­a intentan en estos momentos determinar si esta compraventa entraí±a el pago de un sobreprecio y si los fondos que inyectó Pujol Ferrusola tienen una procedencia ilí­cita. De ahí­ que la Policí­a Judicial, por orden del juez, no sólo haya solicitado los datos de la operación a Isolux Corsán, sino también al resto de socios o compaí±eros en el fideicomiso mexicano.

Según algunas de las fuentes que compartieron el negocio con Pujol Ferrusola, la espectacular plusvalí­a abonada por Isolux Corsán estarí­a justificada «por el valor aí±adido» que se incorporó al proyecto «en forma de licencias urbaní­sticas y gastos de gestión, entre otras cuestiones».

Asimismo, recalcan que las operaciones están auditadas por KPMG, Baker and McKenzie y Price Waterhouse Coopers, y que el precio percibido por el hijo del ex presidente catalán «se encuentra incluso por debajo del de mercado».

Graciela Machuca

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