¿Como funciona un área natural protegida?

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milenio.com

FRANCISCO VALDí‰S PEREZGASGA

Las áreas naturales protegidas son sitios para los que se ha establecido un determinado estatus de protección legal. Dicha protección se les ha dado para conservar sus valores naturales -biológicos, escénicos- pero también, cuando así­ lo amerita, sus valores culturales, o históricos. Por ejemplo, a finales del mes pasado la ”Antigua Ciudad Maya y Bosques Tropicales Protegidos de Calakmul», fueron inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como bien mixto, reconociendo plenamente su Valor Universal Excepcional. Ya en 2002, las tres mil hectáreas de la zona arqueológica se habí­an inscrito como Patrimonio de la Humanidad, pero ahora se fusionó con la Reserva de la Biósfera de Calakmul para formar un bien mixto de más de 300,000 hectáreas que así­, ahora, cuenta con una doble protección, la de las leyes mexicanas y las del tratado internacional respectivo.México es un paí­s megadiverso. Contiene una variedad de ecosistemas y climas como pocos paí­ses en el mundo. Esto trae consigo una enorme diversidad biológica con una gran cantidad de endemismos. Esto es, una gran cantidad de organismos que solamente se encuentran en el territorio mexicano y en sus aguas territoriales. Es por ello que cuenta con un conjunto de espacios naturales amplio y diverso. A nivel federal existen 176 áreas naturales protegidas administradas por la Comisión Nacional de íreas Naturales Protegidas (CONANP). Estas áreas protegen más de veinticinco millones de hectáreas, lo que representa casi el 13 % del territorio nacional. A esto hay que sumarle las áreas naturales protegidas de competencia estatal, las áreas municipales y las comunitarias o voluntarias. En nuestra región contamos con la Reserva de la Biósfera de Mapimí­ (federal), el Parque Estatal Caí±ón de Fernández (estatal, Durango) la Reserva Ecológica Municipal Sierra y Caí±ón de Jimulco (municipal, Torreón) y las recientemente decretadas áreas naturales protegidas voluntarias en las Dunas de Bilbao y en la Sierra de Tomás Garrido (estatales, Coahuila). El lento proceso para decretar otra área natural protegida estatal en el Caí±ón de Las Canoas y la Sierra del Sarnoso sigue atorado en Durango.El objetivo de un área natural protegida, repito, es conservar los valores biológicos y paisají­sticos de la zona. Una área decretada tiene que contar con un programa de manejo que zonifica el sitio y declara las actividades que pueden desarrollarse en cada una de sus zonas, a saber, las zonas núcleo, las zonas de amortiguamiento y, por último, las zonas de influencia.Las zonas núcleo son las porciones del territorio con un grado mayor de conservación. Ahí­ existen ecosistemas u ocurren fenómenos naturales importantes o viven especies de flora y fauna que, por su rareza o el peligro en el que se encuentran, requieren de una protección total para propósitos cientí­ficos o de regulación ambiental. La zona núcleo debe dar una protección a largo plazo a los paisajes, ecosistemas y especies que alberga. Debe ser suficientemente grande para cumplir sus objetivos. Una misma área natural protegida puede tener varios núcleos y así­ representar adecuadamente todos los sistemas ecológicos clave que se deban proteger. Por lo general, en una zona núcleo no se realizan actividades humanas salvo la investigación y la conservación. Las zonas de amortiguamiento son los sitios que rodean y protegen a las zonas núcleo donde se dan condiciones favorables para las actividades productivas, educativas, recreativas, de investigación aplicada y de capacitación bajo un esquema de sustentabilidad. Por último, las zonas de influencia se encuentran alrededor del área natural protegida, y sirven como zonas de transición para mitigar los efectos adversos que pudieran tener sobre ésta las modificaciones ambientales de su entorno.De esta zonificación se derivan objetivos, regulaciones y trabajos que pueden incluir la preservación de regiones biogeográficas y ecológicas, la salvaguarda de la biodiversidad genética, el aprovechamiento y la preservación de los ecosistemas, la investigación cientí­fica, la educación, la generación de conocimientos y tecnologí­as para el aprovechamiento y conservación de los recursos naturales, la protección de zonas geológicas, y en lo posible, proporcionar las condiciones para la recreación, el ecoturismo y la generación de servicios ambientales. Sin embargo, estas actividades se realizan o no en función de la zonificación. En las zonas núcleo es donde estas actividades se restringen más.La importancia de resaltar estas reglas, a menudo áridas, reside en la necesidad de comprensión de lo que es un área natural protegida, su vocación y los mecanismos que la hacen cumplir su función. En el centro de estos mecanismos, está su zonificación y su programa de manejo los cuales le permiten lograr los objetivos de protección y de conservación.

Graciela Machuca

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