Necesariamente Incómoda

Graciela Machuca Martí­nez
La sociedad mexicana y en especial quienes integran los tres niveles de gobierno, debemos estar conscientes que vivimos una era de caos en la que la actual contingencia sanitaria solo es parte de los problemas que tenemos como humanidad en lo general y como paí­s en particular.
El Estado mexicano, al igual que la mayorí­a, están concentrado sus esfuerzos y recursos en atender la emergencia, lo cual es lógico por la urgencia y gravedad de la situación, sin embargo, debemos plantearnos que con pandemia y sin pandemia México tiene problemas históricos que no podemos dejar para después, porque olvidarlos en este momento implicarí­a dar varios pasos atrás, como sociedad.
En esta etapa de crisis es cuando podemos evaluar qué hemos hecho como paí­s, como sociedad y como gobierno en temas que nos ataí±en como colectividad.

  1. Violencia contra mujeres, nií±as, nií±os, adolescentes y adultos de la tercera edad, tanto en espacios públicos como privados, como son el ámbito doméstico, la escuela, las iglesias, los centros de trabajo, entre muchos otros. Por medio de servicios de emergencia como el número telefónico 911, la Cruz Roja Mexicana, las oficinas del Sistema Integral de la Familia a nivel estatal y municipal, se están documentando que la violencia doméstica se está incrementando durante los primeros dí­as de la cuarentena.
  2. La precariedad laboral, producto de la globalización económica, hoy más que nunca se ha dejado ver por todo el territorio nacional, porque millones de personas tienen que salir al espacio público a ganarse el pan del dí­a; miles de trabajadores han sido despedidos con pretexto de la pandemia y no hay autoridad laboral que atienda esa contingencia laboral; la mayorí­a de maquiladoras no esenciales siguen laborando a pesar de emergencia sanitaria nacional decretada por el gobierno; quienes operan los servicios de transporte pueden y tienen que salir a la calle, pero ante la contingencia sus ingresos son escasos o nulos y así­ de que sirve que puedan salir a trabajar si no pueden completar el monto de su salario para la manutención familiar. En Quintana Roo, a pesar dela solidaridad de muchos prestadores de servicios turí­sticos, un número indeterminado de trabajadores de ese sector perdieron sus empleos, por lo menos de manera temporal, en lo que pasa la contingencia. La pregunta es: ¿Cómo cubrirán sus necesidades básicas como alimentación y pago se servicios?
  3. La seguridad social está colapsada, a pesar de las cuentas alegres que se difunden a nivel nacional por la maí±ana y tarde-noche. Lo que se ve y escucha durante las conferencias de prensa dista mucho de lo que ya están viviendo quienes ya estaban en los hospitales públicos antes de la contingencia, así­ como aquellas personas que han llegado por sí­ntomas que se identifican con los de la pandemia. Familiares de quienes se encuentran hospitalizados o han solicitado atención en el IMSS e ISSSTE, son testigos de que ambas instituciones son obsoletas. En una entrega anterior hice referencia a la crisis que enfrenta el proceso de transición del Seguro Popular al Insabi y sus efectos en la Salud Pública.
  4. El sistema educativo nacional está mostrando sus deficiencias, ya que no cuenta con la infraestructura tecnológica y los recursos humanos eficientemente capacitados para que los servicios educativos se den a distancia. Hay muchos profesores que están resolviendo la comunicación con sus alumnos por medio de plataformas digitales gratuitas, ya que se carece de un sistema diseí±ado para este tipo de crisis. Lo que está haciendo la Secretarí­a de Educación Pública es limitado. Ya le tocará a organismos como la Unesco evaluar la respuesta de los Estados en esta materia después de la contingencia.
  5. Los pendientes con el planeta son muchos, entre ellos las malas prácticas en el manejo de los residuos domésticos, tanto sólidos como lí­quidos. La labor que realizan las personas recolectoras de basura y limpieza de los espacios públicos son fundamentales durante esta emergencia sanitaria, sin embargo, las zonas marginadas son las que reciben el servicio a cuenta gotas. Aquí­ debo hacer mención al suministro de agua potable, el cual cada dí­a es más deficiente, ya que es otro servicio público colapsado por los miles de litros de agua que se fugan cada hora de las redes de distribución, a lo que se suma la disminución de los caudales por la temporada de sequí­a y el incremento del uso para fines de limpieza.
  6. Quienes tienen el privilegio de poder quedarse en su casa para pasar la cuarentena que decretó el gobierno federal como la solución para combatir la pandemia requieren de alimentos y una fuente de estos es el agro mexicano, donde miles de mujeres y hombres tienen que trabajar a pesar de los riesgos de contagio, pero también se tienen que enfrentar al bajo precio de sus productos, mientras los acaparadores e intermediarios se llevan la gran ganancia, al incrementar de manera desmedida los precios al consumidor final.
  7. En materia de violaciones a derechos humanos tenemos grandes temas pendientes como es la ineficiencia de las instituciones gubernamentales en la búsqueda de las personas desaparecidas, así­ como la costumbre del violentar a quienes ejercen el periodismo. El gobierno federal ha sido muy claro, la emergencia sanitaria no implica estado de excepción, por lo tanto, el gobierno por medio de sus instituciones de procuración y administración de justicia, no puede tomar de pretexto que el personal estará en su casa del 23 de marzo al 30 de abril, si el paí­s necesita conducción y no se está en un estado de excepción, se le debe dar respuesta a las ví­ctimas y sus familiares.
  8. México es un paí­s de tránsito de migrantes, en su mayorí­a de centroamérica, pero también expulsor de emigrantes a los Estados Unidos. Así­ como en instalaciones del Instituto Nacional de Migración, se cuentan por miles los migrantes detenidos, en los Estados Unidos, también hay miles de mexicanos detenidos por las mismas circunstancias y el gobierno mexicano se ha olvidado tanto de unos como de los otros.
  9. Merece un apartado especial el sector de la economí­a informal, la cual tiene a cuestas al menos el 40 por ciento de la economí­a nacional, lo que significa la circulación de miles de millones de pesos en una diversidad de giros que tienen una estrecha conexión con la clase pudiente del paí­s, quienes utilizan la economí­a informal para realizar operaciones al margen de la ley fiscal, pero en esta crisis, quienes salen perdiendo son los millones de personas que al fin de cuentas son sus empleados, pero de segunda y tercer, porque no tienen la garantí­a de preservar su empleo, ya que no existen para el sistema jurí­dico mexicano.
  10. Como sociedad tenemos pendientes con nosotras mismas, como personas, como colectividad, como pueblo. Valores como la solidaridad, el bien común, la defensa ciudadana, están en el olvido. La conciencia social, es cosa del pasado. Tenemos la oportunidad de responsabilizarnos de lo que nos toca como integrantes de esta comunidad llamada México.

Graciela Machuca

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