Necesariamente Incómoda… SOS por seguridad pública en Quintana Roo

0

 

 

Graciela Machuca Martí­nez—-

 

Cerrar los ojos y culpar a los crí­ticos de lo que sucede en materia de seguridad pública en Quintana Roo es una estrategia equivocada, una mala solución si queremos salvar de la debacle económica al complejo turí­stico, una de las gallinas de los huevos de oro del paí­s y desafortunadamente para la clase polí­tica estatal, así­ como para la central, deben trabajar de la mano, se trata de un asunto de seguridad nacional que no podrá resolverse con que cada estado defina su ruta de salvación y mucho menos que la Guardia Nacional, con mandos militares venga a resolverle el problema a los municipios, a las entidades federativas y a la ciudadaní­a.

 

 

Podemos estar en desacuerdo con las metodologí­as que utiliza el INEGI, el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las organizaciones civiles o de los monitoreos que realizan periodistas y medios de comunicación, pero lo cierto es que en las calles, hogares, comercios de centros turí­sticos como Cancún, Playa del Carmen, Tulum, entre otros están ocurriendo masacres, robos, asaltos, continúan los secuestros y entre la población hay miedo, duelo, dolor, indignación y desesperanza.

 

 

Es imposible tapar el sol con un dedo porque  la violencia que se vive en Quintana Roo no solo sigue destruyendo el tejido social de los recién creados centros de población y de las comunidades mayas, sino que está poniendo en riesgo un negocio multimillonario tanto para inversionistas extranjeros como nacionales, para los tres niveles de gobierno y lo más grave, fuentes de empleo que son sustento para cientos de miles de familias que nacieron en Quintana Roo y para otro tanto que creyó en el proyecto, quemó sus naves y se instaló aquí­. Personas que dí­a a dí­a dan lo mejor de sí­ para sacar adelante al estado y que esperan de la clase polí­tica, resultados, no palabras.

 

 

En Quintana Roo siguen en aumento los feminicidios, las personas jóvenes ya no son libres de irse a divertir a los antros, porque las asesinan, los empresarios tienen que invertir un porcentaje considerable para su seguridad, quienes además, tienen que pagar al gobierno, sus impuestos y a la delincuencia, el derecho de piso.

Las estrategias puestas en marcha para disminuir la incidencia delictiva siguen sin funcionar, porque no se trata de buenas intenciones o importar a héroes, sino enfrentarse con la realidad, entrar a las raí­ces del  fenómeno social, pero para ello se requiere humildad y ética polí­tica, así­ como capacidades técnicas, un solo jefe de la policí­a es incapaz de hacer la tarea, se requiere la formación de grupos interdisciplinarios de expertos que trabajen con independencia técnica y con mando sobre la policí­a para poder empezar a erradicar las causas.

 

 

Tanto el gobierno federal como el estatal y algunos municipales le están apostando el todo por el todo para consolidar la actividad turí­stica en Quintana Roo, al proyecto del Tren Maya, pero se olvidan que las inversiones privadas fluyen cuando el gobierno tiene la capacidad para ofrecer estabilidad social y un esquema eficaz de seguridad pública, así­ como de procuración y administración de justicia.

 

 

Carlos Barrachina Lizón, catedrático de la Universidad Anáhuac México Norte ha dado seguimiento puntual al comportamiento estadí­stico de la violencia en Quintana Roo y coincide con lo que he escrito en este espacio, la incidencia delictiva va en aumento pero también los presupuestos, en Quintana Roo ya opera una sección de la Policí­a Militar y tal parece que sus elementos se encuentran acuartelados. Por ser el homicidio un delito extremadamente grave, es el que se toma de parámetro para analizar la violencia, porque la pérdida de una sola vida desequilibra a toda la sociedad.

 

 

Barrachina Lisón se pregunta ¿Qué se puede hacer para cambiar la dinámica de homicidios en Quintana Roo? También se pregunta si sirve de algo criminalizar a los comunicadores por comentar el estado en el que se encuentra la violencia en Quintana Roo. Recuerda que ”Los Cabos (Baja California Sur) fue el aí±o pasado la ciudad más violenta del mundo, con una tasa de 111 homicidios por cien mil habitantes, y este aí±o logró reducir su violencia y ha salido de la lista de las 50 ciudades más violentas del mundo, al reducir su tasa a 32. Lamentablemente Tijuana (127), Acapulco (115) y Ciudad Victoria (97) no logran salir del cí­rculo vicioso de la violencia».

El también investigador sostiene que Benito Juárez (Cancún) con 85, Solidaridad (Playa del Carmen) con 68 y Tulum con 113 ”han ingresado a este club maldito de ciudades más violentas del mundo».

 

 

Desde luego que sus conclusiones no son nada nuevas, pero tal parece que a quienes se les paga para garantizar la seguridad pública de la población quintanarroense no se han dado cuenta de ello. ”El incremento de la violencia en Quintana Roo, ya conociendo todas las cifras oficiales, es muy alarmante. Especialmente, cuando se sacan los números y nos damos cuenta que desde el 2008 hasta la fecha en el estado se han gastado más de veintiún mil quinientos millones de pesos en seguridad pública y procuración de justicia».

 

 

Al realizar un ejercicio comparativo muestra que en  el 2016, en Quintana Roo ”se contabilizaron 278 homicidios, en el 2017, 497 y en el 2018 fueron 936. Con una tasa de 71 homicidios por cada cien mil habitantes Quintana Roo es el quinto estado más violento de México (después de Colima, Baja California, Guerrero y Guanajuato), y el es tercer estado que más ha incrementado su número de homicidios del 2017 al 2018 después de Tlaxcala y Sonora».

Barrachina Lizón, por medio de sus redes sociales, advierte que los datos de homicidios los extrajo del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública  (SESNSP). La población para el cálculo de las tasas de homicidios por 100.000 habitantes del Censo del aí±o del 2010.

Este experto  también ha realizado estudios sobre el gasto en Seguridad Pública en Quintana Roo, por lo que afirma, que desde el 2008 al 2019 ha sido superior a 21 mil quinientos millones de pesos.

Desde luego que ha estos recursos  hay que sumarle los presupuestos de las direcciones generales de Seguridad Pública de los diferentes municipios.

En el caso del Fondo de Fortalecimiento de Municipios (FORTAMUN), se obliga desde el aí±o 2010 a los estados a destinar por lo menos un 20% del recurso a Seguridad, sostiene el investigador.

 

 

Se plantea dudas como si el Cuartel de la Policí­a Militar, en Quintana Roo,  ”costó, como se seí±ala en la prensa, 650 millones de pesos en el aí±o 2018; en cuánto consiste el convenio económico mensual con la SEDENA, y en su caso con la SEMAR para el apoyo en tareas de Seguridad Pública; y el nunca aclarado presupuesto de 2 mil 900 millones de pesos, aprobado en el 2018 por el Congreso del Estado para la renta de equipos de videovigilancia y tecnologí­a. Estos montos se deben sumar para conocer con algo de precisión cuánto está invirtiendo Quintana Roo en Seguridad Pública».

La pregunta que deja en el aire es sobre ”los resultados de esta millonaria inversión».

Carlos Barrachina Lisón, al igual que otras personas expertas en seguridad pública, participaron este lunes 18 de febrero en el Foro Sumemos causas por la seguridad, ciudadanos + policí­as, en el Centro de Convenciones de Cancún. Con la presencia del gobernador Carlos Joaquí­n González en el acto de inauguración de este foro que es vital importancia para la paz y tranquilidad de Quintana Roo.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *