¡La gota que visibilizó la violencia feminicida en Chetumal!

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Pelemex (9/12/2018)—–

Es publicó y notorio que en Chetumal sucedió un femenicidió en grado de tentativa el domingo 02 de diciembre del aí±o que corre, contra una mujer de origen cubano-actualmente naturalizada mexicana-, Addisbel Pupo Nuí±ez. Que aunque está viva de milagro, todaví­a se encuentra en una situación de salud muy delicada, que sin duda, tendrá secuelas que atender, quizás, mientras viva, debido a la brutal agresión sufrida. Puede decirse, que es la gota que derramó el vaso, la que visibilizó de manera evidente la violencia que viven las mujeres a diario en esta ciudad, el machismo desbordado, la misoginia a flor de piel,-en pocas palabras-todos los elementos de un caldo de cultivo macabro, que era previsible que algún caso efectuado con esta saí±a, se harí­a público en cualquier momento.

Este femenicidio en grado de tentativa, evidencia de manera burda, grosera, inhumana, la negligencia, inoperancia, falta de profesionalismo y un largo etcétera por parte de la autoridades involucradas. Existen hipótesis que indican, que varias de estas acciones u omisiones se dieron de manera deliberada por el tráfico de influencias que forman parte de esta trama y la red de complicidades al servicio del amigo o del dinero. En pocas palabras, éste caso, contiene todos los elementos necesarios para plantear una tesis de investigación de diversa ciencias: antropologí­a, sociologí­a, derecho, criminologia o criminalistica. Incluso podrí­a ser motivo de un documental.

Por otra parte, ante un hecho tan violento, surge el semáforo rojo como indicativo que no se está trabajando en la prevención, por lo tanto, siempre, la autorida se verá rebasada.

Queda de manifiesto que la violencia doméstica no para, que hay un desprecio exacerbado hacia la mujer, que trae como consecuencia los femenicidios. Esto nos lleva a cuestionar como se han educado en casa a las generaciones pasadas y presentes-de los diferentes géneros-. Para ejemplificar, presento dos experiencias propias de ayer 8 de diciembre:
Asistí­ a una convocatoria de compaí±eros de secundaria, generación 78-81. Cómo la mayorí­a de ellos nunca me habí­an visto con el pelo largo, no pararon de hacerme bullying, con expresiones que relacionaban mi cabello con todo lo femenino y homosexual existente. (quiero dejar claro que no estoy quejándome ni reclamando a nadie, sólo ejemplifico).
Anoche en una fiesta, coincidí­ con un infante frente a mi, de escasos 4 aí±os-ambos en cuclillas-, él extendió su mano y tocó mi barba y me preguntó ¿qué es ésto? respondí­ mi barba, volvió a extender su mano y tocó mi «coleta», y me cuestionó, ¿qué es eso? le dije es mi cabello. De manera espontánea, ingenua, y elocuente, volvió a preguntar, ¿»eres nií±a»? Sorprendido, impactado, riéndome, le contesté, que no, que soy nií±o.

Leyendo estás dos experiencias, permiten entender, que la educación en casa, continúa siendo patriarcal, que no se educa con perspectiva de género, y si se hace, seguramente en un porcentaje pequeí±o de la población.

Es necesario convocar a todos los actores que forman parte de esta problemática, a efecto de iniciar la búsqueda de un diagnóstico que permita entender ¿cuál es el grado de la enfermedad?-violencia hacia la mujer en todas sus formas-, que socava a la familia y en consecuencia a la sociedad en su conjunto.

En caso de existir el diagnóstico, que la autorida convoque a todos los interesados, para tratar este tema como un caso de salud pública, de carácter urgente, que establezcan los protocolos correspondientes, las alertas de violencia de género contra la mujer, así­ mismo, se ofrezca la información que permita a los infantes de ambos sexos desde preescolar, educarlos en el respeto mutuo. Que se instruya en la diversidad sexual e igualdad plena de derechos de nií±as y nií±os, con profesores y personal, capacitados para apoyar desde el aula, así­ como campaí±as permanentes por todos los medios de comunicación posibles y redes sociales, destinadas a combatir la violencia hacia nií±as, nií±os, adolescentes y adultos en todas sus formas.

Finalmente, es imperativo encontrar el ¿por qué existe tanto miedo, odio, rencor, violencia contra la mujer? Una sociedad nunca será plena en su desarrollo general, si éste flagelo no se combate o se reduce de manera cuantitativa, y cualitativa, porque la mujer es la que educa y convive la mayor parte del tiempo con los nií±os y nií±as, por su misma naturaleza, porque ella engendra vida.

La solución no parece sencilla, la doble moralidad en nuestras actuaciones complican las respuestas posibles. Sólo hay que revisar cómo ejemplo, las relaciones de pareja o matrimonio de quienes han gobernado el estado de Quintana Roo, y a partir de allí­, podemos deducir, que quienes dicen encarnar las diferente instituciones que son la guí­a moral, ética y social-supuestamente-obligadas a proteger y cuidar a la familia,-objeto para el que fue creado, en los hechos, no se cumple,-en cada entidad federativa, hablamos de la institución denominada: Desarrollo Integral para la Familia (DIF). Que en los casos que hemos conocido en Quintana Roo, son las esposas de los diferentes Gobernadores,-pasados y presente-, que han padecido violencia con «V» MAYíšSCULA. Dicho lo anterior, es necesario predicar con el ejemplo. Es urgente quitarse la «mascara» y convocar a todos los participantes que son parte del problema, apoyarse con todas las herramientas de solución existentes sin demora, para sentar las bases de la era antimachista, antibrutal, antifemenicida, antihomofóbica. Hasta aquí­!

Graciela Machuca

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