Incremento a la canasta básica

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POR ESTO

Comerciantes en abarrotes vaticinan otra catarata de incrementos tras varias semanas en las que los productos apenas modificaron sus precios, aunque confí­an que las alzas no sean demasiado significativas y puedan absorberlas a fin de ofrecer sus productos al mismo precio… siempre y cuando sea posible y no afecte de manera sensible sus gastos operativos.
Los microempresarios se enfrentan a una severa crisis derivada de las bajas ventas, la severa competencia de los supermercados, las fuertes cargas impositivas, las extorsiones y cobros por derecho de piso y los cada dí­a más altos costos en mercancí­as y servicios.
En lí­neas generales, desde principios de aí±o hasta esta mitad de la primera semana de julio la mayor parte de las frutas y verduras subieron su costo, con excepciones, como el limón, que tras ponerse por las nubes puede encontrarse actualmente entre cinco y diez pesos por kilogramo.
El precio del pollo sufrió fluctuaciones a lo largo de los primeros seis meses del aí±o, al aplicarse un alza previa a la temporada de Semana Santa, pero una vez concluyeron las fechas, volvió a bajar su costo, que hasta el momento se mantiene sin variaciones.
Según comerciantes en abarrotes, los productos de limpieza e higiene personal resintieron alzas que oscilan entre el cinco y el diez por ciento, en tanto que las laterí­as alcanzan costos nunca antes vistos, incluso de productos como los granos de elote o los chí­charos, que siempre habí­an sido bastante económicos.
El garrafón de agua purificada tiene un costo de 32 pesos y su precio quedó tan inaccesible para muchas amas de casa que optaron por rellenarlos en alguno de los numerosos expendios automáticos que proliferan por toda la ciudad, aunque muchos de estos carecen de licencia de la Cofepris y, por ende, no existen garantí­as de que el agua reciba el correcto tratamiento.
Las farmacias aplicaron en el transcurso de los últimos meses alzas del ocho hasta el 20 por ciento en los medicamentos, incluso las que ofrecen similares, situación que ha provocado que las medicinas queden fuera del alcance de muchas familias, que se verán orilladas quieran o no a recurrir a los remedios caseros como método de curación.
Con este panorama, no es de extraí±ar que propietarios de tiendas de abarrotes debidamente establecidas que cuentan con todos sus permisos al dí­a, seí±alen que les costó un gran esfuerzo tramitar las licencias de funcionamiento del 2018 antes de concluir el plazo.
Tal como expresó Alfredo Meraz, dueí±o de un negocio de abarrotes, ”no pudimos aprovechar los descuentos de diciembre porque para esos entonces nos robaron la tienda y casi la destruyeron, hubo que invertir en remodelación y alarmas, porque entraron por la noche, lo que no entiendo es cómo nadie los sorprendió porque primero tuvieron que romper la reja y después forzaron el candado de la cortina, son cosas que no se hacen en dos minutos y el negocio está en plena avenida, pero aún así­, al parecer, no habí­a una sola patrulla, lo que no es de extraí±ar porque la vigilancia está de la patada», expresó.
En tanto que Fernando Tuz, dueí±o de otro negocio similar, manifestó que las ventas están muy bajas y le fue imposible pagar los impuestos del aí±o con las utilidades, cosa que ya no hace desde varios aí±os atrás.
”Antes te reí­as, habí­a mucha competencia con pequeí±os negocios pero no habí­a tantos supermercados y a todos nos tocaba una buena parte del pastel, los dí­as buenos se podí­an vender tranquilamente cinco mil pesos en mercancí­a, cantidad que ahora no logro ni en una semana, entonces hay que echar mano de los ahorros para ponerte al dí­a con los impuestos, por lo que considero que una tienda de abarrotes ya no es negocio».

Graciela Machuca

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