El pasado jueves 3 de mayo las agrupaciones de periodistas, como el Colegio de Profesionistas en Comunicación de Quintana Roo AC y la Asociación Periodistas del Caribe AC., revivieron el Premio Quintanarroense de Periodismo, anteriormente organizado desde la cúpula del poder, quizá por ello con falta de credibilidad y legitimidad entre el mismo gremio y la sociedad. En esta ocasión nos consta de la aplicación para seleccionar al jurado, del consenso y disenso de los organizadores, para conformar un heterogéneo jurado multidisciplinario; pero además, con toda la libertad para revisar metodológicamente los trabajos enviados al foro gremial.

El éxito del evento fue suficiente, para retomar las discrepancias naturales, entre los organizadores, pues les tensaba en momentos las ciertas diferencias de tiempo, de infraestructura, hasta la misma aprobación para algunos detalles, incidí­a en las tradicionales amistades. Sin embargo, la sensatez predominó y el final resulto mejor que lo esperado. Los obstáculos fueron rebasados más con inteligencia que con caprichitos, con solvencia honorable, con gallardí­a, con libertad lozana. Anoche todo era satisfacción, alegrí­a; el rescate de ese premio será inolvidable.

Distinguir al periodista desde la horizontalidad, de periodista a periodista, requiere otra dimensión para su concepción y realización. Obviamente no es una tarea fácil, aunque así­ lo parezca, distinguir la calidad de los trabajos periodí­sticos, requiere cierto rigor metodológico, calidad para la legitimidad, en un gremio en el cual todos son profesionales. ¿Cómo hacer la selectividad sin discriminar otros excelentes trabajos? ¿Cómo darle legitimidad a una distinción donde solamente cinco pueden ser premiados? No es diferente quien resulta con la distinción; por el contrario, la diferencia la hacen todos con su trabajo social, con su entrega cotidiana, con su responsabilidad para informar a la sociedad, a los lectores.

Necesitamos todos del periodismo para transformarnos, para inspirarnos en la certeza de la nota informativa, sobre todo cuando la investigación alude lo que daí±a a México, a Quintana Roo, a los quintanarroenses. La sociedad siempre reconoce la denuncia, los testimonios -los cuales, muchas veces duele-, no siempre es agradable plantear la tesis de las cosas que están mal, trasmitir con calidad aquello que palpamos con más sensibilidad de lo que está pasando en este paí­s y en nuestro Quintana Roo. El periodismo es eso una tarea social. Esa calidad para comunicar, estos detalles, merecen el reconocimiento, no sólo de la sociedad sino también del gremio que los aglutina.

Debemos aprovechar el espacio para enviar nuestro humilde reconocimiento a los premiados, pero también a quienes estuvieron detrás, a quienes contribuyeron con la reinstauración del premio, con la organización. Veí­amos de sus reuniones consecutivas, para revisar avances, distribuir tareas, en fin, muchí­simo trabajo. A los diferentes patrocinadores, porque aún con toda la voluntad, resulta insuficiente la realización de ese evento. Las diversas contribuciones voluntarias también obligan a corresponder con esa confianza. Muchas gracias a todos por tan maravillosos momentos con los diferentes colegas de las 11 regiones municipales, un bonito reencuentro con compaí±eros de la zona maya, de la zona turí­stica, obviamente de la capital.

La labor periodí­stica en nuestro paí­s, es una de las encomiendas más peligrosas en todo el mundo. El record de asesinatos en México, sobre pasa los indicadores de paí­ses en conflicto armado. No es tarea fácil testimoniar los aconteceres públicos, incomoda hasta al mismo poder del gobierno, los seí±alamientos desnudan en parte la corrupción en los diferentes entes de poder. Decir la verdad perturba e inquieta a sus realizadores. Muy pocos pueden aceptar y nutrir su conducta pública, con la información periodí­stica. Cuantas veces, desde el mismo poder, escuchamos discursos increí­bles, creativos, pero indiferentes de la realidad. Nos confesaba un colega ayer en la tertulia: ”los del poder están ciegos y sordos ante nuestras actitudes, a nuestros gestos, a nuestro bostezo, a nuestra sorpresa, a nuestro sentir«. ¡Viven su mundo! ¡Gozan sus fantasí­as!

Invitémonos, sí­, todos, a reflexionar sobre esta premiación, quienes fueron seleccionados por el jurado, nos hicieron pensar. Quien denuncia contribuye. Prosigamos luchando por un periodismo vivo, quizá la tarea va más allá de nuestra concepción, son expresiones de amor, de lucha por la vida. ¿Osadí­a e irreverencia? ¡Felicidades amigos!

PD.- ”Donde hay grandes recompensas hay hombres valientes.« Zun Tzu (600 a 500 A.C.) filósofo, militar chino (general y estratega).

www.facebook.com/viborianuscolumna

viborianus@gmail.com

@viborianus   

www.viborianus.com

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *