Bomba a punto de estallar

POR ESTO

Crece la molestia y la tensión en la Policí­a Ministerial, después de que se libraran 17 órdenes de aprehensión en contra de igual número de elementos, acusados de tortura en agravio de Héctor Manuel C. F, (a) ”El Diablo».
Ayer en la maí±ana y en la noche, los elementos que figuran en la lista de las primeras órdenes de aprehensión libradas, no se presentaron al pase de lista.
Ayer por la tarde, trascendió de manera extraoficial, la liberación de 17 órdenes de aprehensión giradas por un juez por el delito de tortura, en contra de elementos de la Policí­a Ministerial.
Los agentes ministeriales son seí±alados de haber torturado a Héctor Manuel C. F, (a) ”El Diablo», integrante de una célula delictiva que fue detenido en el 2013 por el asesinato de siete personas en el bar ”La Sirenita».
Desde temprano, los agentes ministeriales que ahora son buscados por la justicia, no se presentaron al pase de lista, pues todos saben que las órdenes de aprehensión ya se encuentran en poder de la comandancia de aprehensiones, quienes son los que deberán detener a sus propios compaí±eros.
El rumor comenzó a extenderse a lo largo del dí­a, y se especuló que en el pase de lista de las 22:00 horas, los agentes ministeriales serí­an desarmados para llevar a cabo las detenciones.
Sin embargo, al igual que ocurrió en el pase de lista matutino, en el pase de lista nocturno volvieron a faltar los elementos policí­acos sobre quienes pesan las órdenes de aprehensión.
Un pequeí±o grupo de agentes ministeriales se formaron en el patio de la Vicefiscalí­a de la Zona Norte, para el acostumbrado pase de lista y al término, todos se retiraron de manera normal, sin embargo, predomina la tensión, el enojo y la incertidumbre dentro del cuerpo policí­aco.
Lo grave, es que la situación que se vive al interior de la corporación afecta de manera directa a la ciudadaní­a, pues los agentes ministeriales aseguran que no van a exponerse y sacar adelante las investigaciones pendientes, pues no cuentan con el apoyo de su propia dependencia.

Graciela Machuca

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