A la vista, impunidad en el caso Mexicana de Aviación

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POR ESTO

Podrí­a quedar impune el daí±o a los más de ocho mil 500 trabajadores de Mexicana de Aviación, ocasionado pues Gastón Azcárraga Andrade, el entonces presidente del consejo de administración, quien obtuvo la revocación de la orden de aprehensión y ahora tramita su visa de inversionista para quedarse en Estados Unidos, protegido por sus influencias polí­ticas.
Se le giró orden de aprehensión en 2014, hace tres aí±os, acusado del delito de operaciones con recursos de procedencia ilí­cita, por medio de las cuales se sospechó la realización de triangulaciones financieras de unos 190 millones de pesos para provocar la quiebra de la aerolí­nea, pero a principios de noviembre pasado un tribunal revocó la orden de captura.
Se encuentra en los Estados Unidos en calidad de exiliado desde hace tres aí±o y medio, luego de que los trabajadores, sindicatos y proveedores promovieron las denuncias en su contra, y todo parece indicar que ahora podrá volver a México sin que se le moleste.
Los hechos están presentes todaví­a, pues el 28 de agosto 2010 (hace más de siete aí±os) cerró Mexicana de Aviación luego de provocar su quebranto, llevándose sueldos, aguinaldos, cajas de ahorro, jubilaciones, pensiones, seguros médicos, etcétera, en detrimento de más ocho mil 500 empleados en México y en el extranjero, de los cuales unos cien laboraban en Cancún.
En febrero de 2014 se liberó la primera orden de aprehensión y la segunda en junio del mismo aí±o, pero finalmente fue salvado por el abogado Alonso Aguilar Zí­nser, el mismo que defendió a Raúl Salinas de Gortari en el 2001 y que finalmente la autoridad se tuvo que disculpar por haberlo encarcelado.
Lo mismo puede suceder en el caso de Gastón Azcárraga Andrade, protegido durante el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, pues aunque aún enfrenta la acusación de violación a la Ley del Mercado de Valores ésta no implica pena corporal.
Los trabajadores han sufrido siete amargas navidades sin sueldos, aguinaldos, caja de ahorro, jubilaciones, ni pensiones, según han relatado ellos mismos, e incluso algunos viven en condiciones infrahumanas y enfermos, pues se quedaron sin dinero.
Con el fallo de quiebra, posteriormente de los pocos bienes para realizar la indemnización, sólo le corresponde poco menos de dos mil pesos a cada empleado, cantidad que en su momento consideraron una burla e irrisoria, pues fueron varios millones de pesos los que les esquilmó Gastón Azcárraga Andrade con su administración fraudulenta, la cual finalmente no se le podrá comprobar y hasta podrí­a que la autoridad de la Procuradurí­a General de la República (PGR) se disculpe con él por haberlo acusado.

Graciela Machuca

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