Una candidata presidencial con problemas de crédito

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El banco HSBC rechazó abrir una cuenta a Marichuy Patricio, aspirante indí­gena a las elecciones de México
LUIS PABLO BEAUREGARD  | EL PAíS

'Marichuy' Patricio, durante su registro en el INE.

Hasta este martes, 36 ciudadanos se habí­an inscrito ante el Instituto Nacional Electoral (INE) para buscar la presidencia de México en 2018. Solo una mujer, de entre los aspirantes, habí­a sufrido para cumplir el requisito más básico y sencillo para iniciar el tortuoso camino para asegurar la candidatura independiente: abrir una cuenta bancaria. ”No nos quisieron abrir una cuenta en un banco. Nos bloquearon, el banco HSBC. Tuvimos que buscar otro. Desde ahí­ se ve cómo está amaí±ando este poder», dijo Marí­a de Jesús Patricio, la aspirante nahua del Concejo Indí­gena de Gobierno y que cuenta con el respaldo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Los independientes podrán participar en 2018 por primera vez en una elección presidencial. La autoridad electoral exige a los aspirantes sin partido a la presidencia tener una asociación civil sin fines de lucro. Esta auxiliará a los candidatos a administrar el financiamiento que reciban para las actividades de campaí±a, que comienza en marzo del próximo aí±o. Pero sobre todo, la asociación ayudará a los interesados a superar el principal obstáculo que separa a los ciudadanos de a pie de una candidatura presidencial: reunir a contrarreloj 866.000 firmas en al menos 17 de 32 Estados del paí­s. Esto exige reunir, por lo menos, 7.200 apoyos diarios a lo largo de 120 dí­as.

Marichuy, como se le conoce a Patricio, contó con asesorí­a legal para crear su asociación civil, Llegó la hora del florecimiento de los pueblos. Pero cuando acudieron ante HSBC en Ciudad de México se presentó el primer problema. «Fue el banco el que no quiso. Nosotros llevábamos todos los requisitos», dice una vocera Congreso Nacional Indí­gena (CNI) que pide no ser citada por su nombre.

”Ellos [HSBC] argumentaron que Marichuy era parte de Antorcha Campesina [una polémica organización popular vinculada al PRI]», revela otro integrante del equipo de la aspirante indí­gena. ”Se lo inventaron. Lo usaron como pretexto para rechazarla». Este integrante de la campaí±a zapatista considera que existió discriminación por parte del banco. ”No veo otro motivo. Aunque fuera parte de esa organización, no tienen por qué negarte una cuenta».

Lyssette Bravo, vocera de HSBC, rechaza que el banco haya negado abrir la cuenta. «El trámite toma más tiempo para una asociación civil, es un proceso que se llama debida diligencia ampliada. Son procesos largos y hay muchos filtros. En HSBC tenemos una polí­tica, know your client, para conocer mejor a los clientes», asegura ví­a telefónica. «Habrá otros bancos que hagan el trámite más rápido», agregó la portavoz. Bravo afirmó desconocer la fecha exacta en la que el equipo de Marichuy comenzó el proceso ante el banco.

Adriana Herández, integrante del equipo legal de Marichuy, asegura que los trámites ante HSBC comenzaron el 12 de septiembre. El 28 de septiembre, fecha en que las partes iban a firmar el contrato, la abogada recibió un mensaje de Whatsapp de Alberto Espinoza Vázquez, funcionario del banco. «El nombre de la seí±ora ma de jesus apareció en una lista de personas ligadas a un grupo antorchista, o algo así­ me comentaron», escribió el empleado. Ese mensaje fue la única respuesta que acompaí±ó la negativa. «Hasta el dí­a de hoy HSBC se ha negado a dar explicaciones escritas», dice Hernández.

La polí­tica de HSBC expresa un trato desigual, diferenciado, discriminatorio, en tanto que obstaculiza el ejercicio de derechos ciudadanos y en particular de las mujeres mexicanas indí­genas

ADRIANA HERíNDEZ, ABOGADA DE MARICHUY

Mecanismos que perpetuan la discriminación

Marichuy, una indí­gena nahua de 53 aí±os, tiene una cuenta de nómina donde recibe un sueldo de la Universidad Autónoma de Guadalajara (Jalisco, oeste de México). Patricio lleva más de dos décadas laborando en la Casa de salud Calli tecolhuacateca tochan, donde atiende a poblaciones indí­genas con medicina tradicional y herbolaria. Ella nació en una pequeí±a comunidad del municipio de Tuxpan (Jalisco) y creció viendo a su abuela y sus tí­as hacer limpias con plantas y preparando ungí¼entos para los enfermos de ”susto, espanto, aduendado, bilis, debilidad o caní­cula», según dijo en una ceremonia en la que reconocieron su trayectoria en 2015.

La negativa de HSBC revela uno de los principales problemas de la población indí­gena en México, la falta de acceso a los servicios financieros y al crédito bancario. En 2012, un informe realizado por la Comisión Nacional para la Prevención de la Discriminación (Conapred) aseguraba que es casi ”un hecho imposible que una persona indí­gena en México cuente con un expediente en el buró de crédito y aún menos creí­ble es que posea una tarjeta de crédito o que haya recibido de la banca tradicional un crédito productivo». Un estudio de la Cámara de Diputados realizado un par de aí±os más tarde reveló que la situación en la que viven los 15.7 millones de indí­genas mexicanos no habí­a cambiado. Solo el 1.5% de los trabajadores del campo mexicano de alguno de los 68 pueblos originarios tiene acceso a crédito en 2014.

«El sistema financiero, en su atención no está diseí±ado para las poblaciones indí­genas. Los bancos están en las cabeceras municipales, lejos de las comunidades. No hay cajeros automáticos», explica Ricardo Raphael, autor del informe de Conapred. «No hay una institución interesada en ayudarlos. Ni las públicas como Financiera Rural o Bansefi. Y a las privadas solo les interesan los clientes AAA. Estos mecanismos perpetuan la discriminación», asegura.

La abogada Hernández asegura que el trato de HSBC «expresa un trato desigual, diferenciado, discriminatorio, en tanto que obstaculiza el ejercicio de derechos ciudadanos y en particular de las mujeres mexicanas indí­genas».

Fue Banorte, uno de los pocos bancos mexicanos, quien finalmente permitió a Marichuy abrir su cuenta bancaria, con los mismos documentos con los que habí­an acudido a HSBC, y seguir en la carrera rumbo a la presidencia. ”Para lograr este primer paso nos pusieron muchas trabas. Nos quisieron tratar como de la [clase] alta… Esta estructura está diseí±ada para ellos. No para la gente de abajo, la gente trabajadora», dijo Patricio el sábado. Entre aplausos, la única candidata indí­gena inició su camino cuesta arriba y contracorriente.

Graciela Machuca

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