Aumenta violencia en Cancí¹n municipio gobernado por el PVEM

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POR ESTO

En una ví­ctima inocente de la delincuencia organizada se convirtió el pequeí±o E. E. J., de 13 aí±os, quien jugaba al exterior de su domicilio en la colonia El Milagro, pues sicarios rafaguearon su domicilio y lograron darle un balazo en la pierna, que de inmediato lo hizo desmayar.
Desesperados, sus padres lo trasladaron al Hospital General, en donde después de que los doctores recibieron a su hijo, la madre se tiró de rodillas a llorar desconsolada y comenzó a rezar para que le salvaran la vida.
Al exterior de la casa en donde se dieron los hechos quedaron diversos casquillos percutidos tirados, pero de los agresores sólo se sabe que iban ”armados como judiciales», y que se trasladaban a bordo de un vehí­culo tipo Caribe color blanco.
Este hecho se registró alrededor de las 9:20 de la noche, cuando las diferentes dependencias de seguridad recibieron el reporte de un menor lesionado por arma de fuego en la colonia El Milagro, a unos 500 metros de la avenida López Portillo, sobre calle Argentina.
Elementos de la Policí­a Municipal, Policí­a Ministerial del Estado y paramédicos de la Cruz Roja Mexicana se trasladaron al lugar en cuestión de minutos, pero al llegar se enteraron que los padres del menor lo habí­an trasladado al Hospital General ”Jesús Kumate Rodrí­guez», a bordo de un vehí­culo tipo Volkswagen Jetta color blanco.
Cuando revisaron la zona, los elementos de seguridad encontraron diversos casquillos percutidos, motivo por el cual acordonaron el lugar, en tanto que otro grupo de policí­as se trasladó de inmediato al nosocomio.
Mientras se realizaba esta movilización, al dicho hospital llegó el vehí­culo tipo Jetta, de donde gritando por ayuda bajó la angustiada madre cargando en brazos el cuerpo inerte de su pequeí±o de 13 aí±os.
Al ver la desgarradora escena, los presentes abrieron las puertas de Urgencias y pidieron a los guardias de seguridad la presencia de los médicos, quienes de forma inmediata acudieron al auxilio para arrebatarle al pequeí±o de los brazos e ingresarlo a quirófano para su atención médica.
Fue en ese momento que la mujer no pudo más y se desvaneció sobre sus rodillas en medio del hospital, en donde llorando comenzó a rezar para pedir a Dios que no se llevara a su hijo y que los doctores pudiesen aliviarlo.
Minutos después, elementos de la Policí­a Municipal se trasladaron al lugar para entrevistar a los familiares, quienes aseguraron que exigirí­an justicia, pues ellos son personas trabajadoras que a diario salen a la ciudad para ganar el pan, por lo que la agresión en su contra era infundada.
Aseguraron que saben que ”por ahí­» venden drogas, pero que era totalmente injusto que su pequeí±o tuviera que ser una ví­ctima de estos sicarios, quienes sin más llegaron a bordo de una Caribe color blanco, ”armados como judiciales», para disparar en contra de su domicilio.
Relataron que de ese vehí­culo primero descendió un sujeto de aproximadamente 1.75 m de estatura, con corte militar, quien portaba un chaleco antibalas y un arma larga, el cual apuntó (y disparó) a su esposo, pero no logró lesionarlo, por lo que después bajó otro sujeto que portaba un arma corta (pistola), el cual le disparó a todos y logró darle a su hijo.
Más tarde, a la zona del ataque llegaron peritos criminalistas, quienes se encargaron de recoger los cuatro casquillos percutidos calibre .223 arma AR15, como evidencia y verificaron los daí±os al domicilio.
Hasta el cierre de esta edición la salud del pequeí±o se reportaba como delicada.

Graciela Machuca

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