PVEM incompetente ante inseguridad en Cancún

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La cadena criminal que mueve a un grupo de internos que tienen el control del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún, cuenta con peligrosos tentáculos al exterior ligados no sólo a la presión para el cobro de las extorsiones a familiares de reos, sino también a la venta de drogas como parte del mismo ví­nculo delictivo que ahí­ se maneja.
El problema de la cárcel de este polo turí­stico es mucho más complejo de lo que aparenta, y en donde ninguna autoridad actúa en consecuencia para atener una grave situación de un penal que es considerado de los más peligrosos del paí­s.
De hecho, ha trascendido que una de las dos jovencitas que fueron ”levantadas» la semana pasada en plena Zona Hotelera, se ordenó desde el interior del penal, lugar que frecuentaba para visitar al reo Roger G.A.P, alias ”El Humo» y para quien al parecer, ella le trabajaba en el área de discotecas de donde desapareció, sin que hasta el momento se sepa de su paradero.
Se pudo conocer que dentro del penal, otro interno fue quien delató esto a quienes tienen el control de la venta de drogas en el área de antros y discotecas de la Zona Hotelera, entre ellos uno apodado ”El Ocho» en donde rápidamente fue ubicada junto a su acompaí±ante.
De igual manera, el caso de una de las últimas mujeres que apareció ejecutada estarí­a vinculado con un interno del penal de Cancún, con quien sostenida una relación sentimental, pero en el exterior le serví­a como halcón y distribuidora de drogas.
Esto demuestra los enormes y peligrosos tentáculos de la cadena criminal que se mueve desde el interior del penal de Cancún, bajo la complicidad de custodios que se encuentran al servicio de los grupos delictivos.
Y es que el problema de la cárcel de Cancún es más grave de lo que aparenta, donde el riesgo de motí­n y zafarranchos se mantiene latente porque todaví­a hay reos inconformes porque los privilegios no son parejos para todos.
Esto porque los que tienen el control del autogobierno no sólo encabezan las extorsiones, sino además también la venta de drogas, alcohol, chips para teléfonos, renta de celulares e incluso internet para que los reos se puedan comunicar a cualquier hora con sus familiares.
Dentro de todo esto, el gobierno del estado opta por lavarse las manos bajo el argumento de que no tiene recursos para construir un nuevo penal, además de que esto le corresponde a la federación, sin embargo, tampoco se ve la mí­nima intención de insistirle a la autoridad competente que se haga algo al respecto para atener este grave problema.

POR ESTO

 

Graciela Machuca

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