PULPO MAYA, OPCIí“N PARA ABASTECER MERCADO GOURMET

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Ciudad de México 23 de marzo, 2017.- Campeche, Quintana Roo y sobre todo Yucatán, producen anualmente 25 mil toneladas anuales de pulpo (Octopus maya). La especie, también conocida como pulpo maya o rojo, es endémica de México y se caracteriza por su color y consistencia suave. El 80 por ciento de la pesca del cefalópodo se exporta a Europa, 10 por ciento a Asia y el resto se destina para abastecer la demanda nacional. A nivel mundial, México ocupa el tercer lugar en producción de pulpo por pesca después de China y Japón.

Ante el posible aumento de temperatura del mar en las próximas décadas, que se prevé de dos a tres grados centí­grados en los próximos 50 aí±os, la acuicultura del pulpo maya o rojo se vislumbra como una opción económica para el sureste mexicano, según investigadores de la Unidad Multidisciplinaria de Docencia e Investigación de la Facultad de Ciencias de la UNAM, ubicada en Sisal, Yucatán, quienes patentaron el Sistema de Incubación y Engorda de Pulpos Maya Baby y Alimento para Pulpo, ambas como tecnologí­as complementarias.

El proceso

Un rasgo de la especie es que la hembra desova una sola vez en su vida. En el laboratorio se ha logrado que ponga en promedio mil huevos, cuyo desarrollo embrionario dura hasta 60 dí­as, tras los cuales 90 por ciento nace, detalló Carlos Rosas Vázquez, lí­der del proyecto.

El pulpo nace completamente desarrollado, lo que facilita su cultivo, pues es muy similar a los que se observan en etapa adulta. Por eso es posible nutrirlos con alimentos inertes, lo cual ha permitido que sobrevivan entre 40 por ciento y 60 por ciento de los pulpos cultivados, a diferencia de otras especies, de las que no se logra el uno por ciento.

”Una vez que han salido del huevo, los pulpos son llevados a estanques en donde permanecen por un periodo de cuatro meses, tiempo en el que alcanzan un peso de 250 gramos. Ese tamaí±o se ha considerado para el cultivo de esta especie pues así­ se cubre la demanda del mercado gourmet. Entre el desarrollo embrionario y la cosecha se requiere un periodo de seis meses», comentó Rosas Vázquez.

”Nosotros desarrollamos una tecnologí­a a un nivel semi-piloto en las instalaciones universitarias y lo que hace falta es escalarlo a nivel piloto-comercial. Ese escalamiento se tiene que hacer de la mano con una empresa que arriesgue capital para poder establecer la magnitud del sistema de producción que vaya a tener como consecuencia un producto rentable», afirmó.

Aunque la especie alcanza un tamaí±o más grande, los investigadores proponen que se venda en los 250 gramos, para que no compita con el pulpo de pesca y se enfoque en un mercado gourmet, en el cual el comprador está dispuesto a pagar más dinero por una preparación gastronómica más exquisita o elaborada del cefalópodo.

Luz Olivia Badillo / AMC
Foto cortesí­a Carlos Rosas
La Jornada Maya

Fuente de Información: www.lajornadamaya.mx

Graciela Machuca

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