Aumenta número de mujeres violentadas

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Cada aí±o se duplican, según informes de gobierno, pero bajan denuncias
Gabriela Ramí­rez y Alicia Mendoza

SemMéxico, Cd. de México, 21 noviembre 2016.- En lo que va del sexenio, el número de mujeres que acuden a los centros de ayuda o a los refugios para salvar su vida se duplica cada aí±o.

En contraste, los delitos contra las mujeres que llegan a los tribunales, así­ como las denuncias disminuyen.

En el aí±o 2012, los refugios que reciben a las mujeres que deciden salir de sus hogares para salvar su vida y la de sus hijos e hijas, atendieron a dos mil 118 mujeres; un aí±o después, la cifra casi se duplicó, se atendieron a tres mil 778.

Para el 2014, el gobierno federal -que recaba la información de todo el paí­s, a través de la Secretarí­a de Salud-, modificó el indicador e incluyó no solo a las mujeres que acuden a los refugios sino a las personas que acuden a los centros de ayuda para prevenir la violencia, y la cifra llegó a 46 mil 837.

Al comparar el dato del 2014 con el 2016, de acuerdo con el anexo del Cuarto Informe de Gobierno, la cifra revela un incremento significativo al pasar a 190 mil 467 mujeres atendidas hasta el primer semestre del aí±o.

Lo anterior significa que todos los dí­as, en los últimos 18 meses, 266 mujeres acudieron a un refugio o un centro de atención porque viven una situación de violencia en sus hogares.

A esta cifra hay que agregar, el dato de los feminicidios en México, los asesinatos por cuestiones de género en contra de las mujeres, que de acuerdo con la especialista Patricia Olamendi, son siete al dí­a, la mitad de los que se registran en toda América Latina.

”De 12 feminicidios que se comenten dí­a a dí­a en América Latina, México aporta más de la mitad, y ese es un dato en verdad aterrador», expresó Olamendi, ex Subsecretaria de Relaciones Exteriores.

En contraste, las mismas cifras del cuarto informe de Gobierno sobre el número de denuncias presentadas por las mujeres ví­ctimas de la violencia disminuyen cada aí±o.

En el 2012, el número de delitos en contra de las mujeres por cuestiones de género, que llegaron a los tribunales de justicia estatales fueron 14 mil 150; en el 2015, la cifra cayó casi a la mitad, 8 mil 107.

Lo mismo sucedió con las denuncias que las mujeres presentaron por delitos relacionados a la violencia de género, en el 2012, se registraron 36 mil 133 denuncias, para el 2015, disminuyeron a 28 mil 574, y hasta el primer semestre del aí±o eran 15 mil 557.

La abogada feminista, Andrea Medina, explicó que el desbalance que existe entre el número de mujeres que acuden a pedir ayuda porque viven situaciones de violencia o han sido ví­ctimas de un delito de género, relacionado con su condición de ser mujer, y el número de denuncias e incluso los casos que llegan a los tribunales, no es un asunto relacionado con los ordenamientos jurí­dicos, pues México tiene una de las legislaciones más avanzadas.

”Hemos creado de las mejores legislaciones que hay sobre violencia contra las mujeres; tenemos de las mejores leyes federales y estatales; se crearon los reglamentos, se creó el sistema, hay presupuesto, es decir, esa parte es muy impresionante», seí±aló Medina.

El problema, explicó, son las personas que aplican las leyes y los que reciben las denuncias.

”Prácticamente todo el personal que está aplicando esta normatividad no ha sido formado para entender qué es la discriminación y menos para entender qué es la violencia contra las mujeres en los términos de los derechos humanos.

”Todo lo contrario, el personal que está operando estás leyes, desde su formación universitaria ha normalizado la violencia contra las mujeres y tienen un vací­o formal, aunque tengan información sobre que la discriminación es errónea», expresó.

Un problema adicional, dijo, es la falta de confianza por parte de las mujeres de que la denuncia prospere.

”Unas personas no denuncian porque piensan que no va a servir para nada, y otras llegan como si fueran las mejores instituciones, y lo cierto es que existen carencias porque no están formados, tienen resistencias.

”Incluso aunque estén bien formados los operadores de las leyes, las personas no entienden son procesos y creen que sólo con presentar la denuncia todo se sigue en automático cuando es un proceso largo: tienes que salir a audiencias, tienes que estar pensando, tienes que estar atenta, lleva tiempo, y también implica un desgaste en las emocional», explicó.

Para la directora de la Red Nacional de Refugios, Wendy Figueroa, el combate de la violencia contra las mujeres se topa de frente con el acceso a la justicia para las mujeres.

”La violencia de género es justificada por una cultura de impunidad que permite que el problema se perpetúe», expresó.

Pilar Sánchez, directora de Espacio Mujeres para una Vida Digna, aseguró, por su parte, que la aplicación del marco jurí­dico no es la praxis en la actualidad por el desconocimiento y falta de interés de quienes deben hacer efectivas las leyes.

”Es muy difí­cil probar las violencias contra las mujeres, es cuesta arriba. Hoy si no tienes moretones o si no tienes huesos rotos, no te creen que has sido ví­ctima de violencia, cuando existen tantos tipos de violencias como la económica o la emocional.

”Y por otro lado, cuando van y denuncian las mujeres, entonces las autoridades intentan disuadir o conciliar, es decir, sale el machismo mediador», expresó.

Graciela Machuca

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