¿Qué cambia en El Salvador con la declaración de inconstitucionalidad de la polémica Ley de Amnistí­a?

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Marcha de activistas por los derechos humanos y familiares de desaparecidos durante la guerra civil en 2011 en San Salvador.
La guerra civil en El Salvador duró 12 aí±os y dejó 75.000 muertos.

Las heridas nunca cicatrizadas de la cruenta guerra civil en El Salvador seacaban de abrir un poco más, pero ello también significa que podrí­a hacerse justicia en una treintena de casos que marcaron al paí­s.

La Corte Suprema de Justicia declaró el miércoles inconstitucional la controvertida Ley de Amnistí­a General para la Consolidación de la Paz, en vigor desde 1993, un aí±o después del fin del conflicto.

Los 12 aí±os de guerra dejaron 75.000 muertos, 8.000 desaparecidos y una estela de casos sin juzgar.

La ley prohibí­a investigar crí­menes y violaciones a los derechos del Ejército y de la exguerrilla izquierdista que, convertida en el partido Frente Farabundo Martí­ para la Liberación Nacional (FMLN), gobierna desde 2009.

«La amnistí­a es contraria al derecho de acceso a la justicia, a la tutela judicial o protección de los derechos fundamentales, y al derecho a la reparación integral de las ví­ctimas de los crí­menes de lesa humanidad y crí­menes de guerra constitutivos de graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario», afirmó en un comunicado la Sala Constitucional de la Corte tras un estudio de más de tres aí±os.

Los artí­culos 1 y 4 de la ley, determinó, son inconstitucionales «porque impiden las obligaciones estatales de prevención, investigación, enjuiciamiento, sanción y reparación de las graves violaciones a dichos derechos«.

«El paí­s entero está a la expectativa de qué es lo que pueda pasar, va a tener consecuencias definitivamente», le dice a BBC Mundo, René Hernández Valiente, magistrado de la Corte entre 1994 y 2003.

«Esto va a sacudir a nuestra sociedad», apunta, «pero es una oportunidad para seguir construyendo la democracia que tanto anhelamos y el estado de Derecho».

Con esta medida se abre la puerta a juzgar a los autores materiales e intelectuales de crí­menes notorios como el asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos empleadas domésticas de la Universidad Centroamericana, el de monseí±or í“scar Arnulfo Romero, y la masacre de El Mozote de 1981, donde los militares mataron a casi 1.000 campesinos.

También abarca casos de desapariciones forzadas y asesinatos a manos de los escuadrones de la muerte y crí­menes atribuibles al FMLN como la ejecución sumaria de alcaldes, ejecuciones extrajudiciales, secuestros y asesinatos de jueces.

La Ley de Amnistí­a fue aprobada tras la firma de los Acuerdos de Paz, en los que no se hizo una alusión expresa a la amnistí­a, y poco después de la publicación de un informe de la Comisión de la Verdad de la ONU que responsabilizó a la jerarquí­a militar de crí­menes de guerra, entre ellos el asesinato de los sacerdotes jesuitas.

De hecho, la norma benefició a los presuntos implicados en el crimen de los jesuitas pues amparándose en ella la Corte rechazó la extradición a Espaí±a de 13 militares retirados en 2012.

La Comisión de la Verdad registró más de 22.000 denuncias de graves hechos de violencia -aunque aclaró que no eran la totalidad de los incidentes-, de las cuales más del 60% correspondí­an a ejecuciones extrajudiciales, más del 25% a desapariciones forzadas y más del 20% incluí­an denuncias de tortura.

Y atribuyó en su informe, «De la Locura a la Esperanza: la guerra de los Doce Aí±os en El Salvador», casi el 85% de las denuncias a los agentes del Estado, paramilitares y escuadrones de la muerte y el 5% al FMLN.

Funcionarios del gobierno del presidente Salvador Sánchez Cerén, excomandante del FMLN, podrí­an tener responsabilidad por algunos crí­menes cometidos por la guerrilla.

«Ha habido seí±alamientos en contra de funcionarios del actual gobierno (…) definitivamente se van a ver afectados. Van a haber procesos en que puede haber reclamos y pudiera haber responsabilidad penal», considera Hernández Valiente.

Los magistrados afirmaron que aquellos delitos contenidos en la investigación de la Comisión de la Verdad no han prescrito por considerarse crí­menes de lesa humanidad o graves como homicidios, secuestros y torturas.

Pero la sentencia también posibilita a los jueces a investigar y juzgar casos de la guerra civil aunque no estén en el informe siempre y cuando se traten de delitos de lesa humanidad y crí­menes de guerra constitutivos de graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario.

La Corte aseguró que en cuanto a los delitos de lesa humanidad cometidos durante el conflicto no se trató de comportamientos «individuales y aislados» sino que fueron el «resultado de lineamientos y órdenes emanadas de un aparato organizado de poder».

Los responsables directos de estos crí­menes, seí±alaron los magistrados, generalmente lo hicieron bajo las órdenes de superiores a cargo de las organizaciones militares, paramilitares y guerrilleras y ambas partes tienen una responsabilidad penal por ello.

«Todaví­a no hay una certeza de que podamos conocer los efectos prácticos porque estos empezarán a darse en el tiempo», opina el exmagistrado de la Corte, aunque «en la práctica es difí­cil poder predecir en este momento pero sí­ suponemos que los reclamos de las familias de las ví­ctimas van a surgir».

«Paí­s de cabeza»

«Es un error declarar inconstitucional la ley de amnistí­a, espero que esto no se convierta en una cacerí­a de brujas», seí±aló tras el fallo el ministro de Defensa, el general David Munguí­a Payés.

«No quiero pensar que la derogatoria de la ley podrí­a poner al paí­s de cabeza», agregó.

La presidenta de la Asamblea Legislativa, la excomandante guerrillera Lorena Peí±a, seí±aló: «No podemos hablar a la ligera de un tema grave. Hay miles de personas que participaron en la guerra«.

«Desde la Fiscalí­a vamos a hacer lo que tengamos que hacer y lo que nos corresponda constitucionalmente», apuntó el fiscal general de El Salvador, Douglas Meléndez.

«Vamos a hacer lo que tengamos que hacer y a cumplir con nuestras obligaciones constitucionales», aí±adió.

Organizaciones de derechos humanos eran crí­ticos de la amnistí­a pero otros en el paí­s la apoyaban por considerar que fue necesario en su momento.

«Hoy es un dí­a histórico para los derechos humanos en El Salvador (…) el paí­s está finalmente enfrentando su trágico pasado», seí±aló Erika Guevara-Rosas, directora para las Américas de Amnistí­a Internacional.

Graciela Machuca

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