Quintana Roo: Artesana Lab; La democratización de las tecnologí­as ya no es una utopí­a

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Graciela Machuca

SemMéxico. 29 de enero de 2015.- Desde hace ya unos meses, Fab Lab Maya ha estado trabajando en el estado de Quintana Roo y formando alianzas en otros como Yucatán, bajo el objetivo primordial de la democratización de las tecnologí­as.
¿Qué es democratización? Acorde al diccionario de la Real Academia Espaí±ola: ”Es un proceso de desarrollo en el que las instituciones sociales liberales conducen al fortalecimiento de la sociedad civil, resguardando los derechos humanos básicos y disminuyendo las desigualdades socioeconómicas».
¿Cuándo una artesana de las comunidades más remotas de la zona maya hubiera imaginado tener la oportunidad de aprender a utilizar impresoras 3D?
Como podemos leer, la palabra democratización no solo se refiere a la polí­tica, sino también a los procesos que buscan reducir las desigualdades sociales. Teniendo en cuenta este pequeí±o fragmento, no podemos dejar de pensar en cómo se combina con la tecnologí­a, hemos sido testigos de que la tecnologí­a solo es accesible para aquellos que pueden pagar grandes sumas de dinero por ella o que viven en paí­ses de primer mundo; los gobiernos creen que por dotar con computadoras y tablets a los estudiantes el rezago tecnológico se vera mermado, cuando en verdad estamos creando una actitud selectiva y de desigualdad hací­a los grupos vulnerables, cayendo en el comportamiento cí­clico de la ”ignorancia programada».
Es así­ como Fab Lab Maya se dedicó al desarrollo del proyecto ”Artesana Lab», que será aplicado en la comunidad de Tihosuco y que consiste en pequeí±os nodos de fabricación digital dotados de maquinaria especializada que ayudará a hombres y mujeres que viven de las artesaní­as, mejorando sus estándares de calidad y reduciendo sus tiempos de producción, mismas prendas, medicinas y productos varios, pero elaborados y presentados de una mejor manera y más rápidos, traduciéndose no solo en menos desgaste humano, sino en dinero ahorrado y ganado; no se trata de restarle mérito a sus trabajos, sino de impulsarlos a un mercado internacional cada vez más exigente.
Usted no puede alcanzar a imaginarse la gran cantidad de ayuda que representa para una artesana el tener una bordadora industrial para los dibujos y acabados de las blusas o huipiles, un pirógrafo eléctrico para un artesano de la madera o simplemente el plus que le darí­a a sus productos el tener una etiqueta de presentación más detallada y mejor hecha, o una simple caja de presentación para poder resguardar sus jabones y comercializarlos de manera más efectiva.
Pero el objetivo de Artesana Lab no llega hasta ahí­, se trata también de incluir tecnologí­as como cortadora láser e impresión 3D para que las mismas artesanas sean capaces de fabricar sus propios moldes personalizados, contenedores, etiquetas, etc. y además, capacitar a sus familiares en el mantenimiento y funcionamiento de estas máquinas para que de esta manera la cooperativa siga creciendo e incluyendo a más disciplinas que puedan verse beneficiadas con su uso.
Uno de los grandes problemas que enfrenta México, es que China posee el capital intelectual y tecnológico y lo usan para arrasar con la producción local de artesaní­as en el mundo, dando como resultado que gran parte de las artesaní­as mexicanas que nos ofrecen en lugares de gran atractivo turí­stico, tengan la tí­pica etiqueta debajo que dice ”Hecho en China», acabando con el trabajo y economí­a de nuestra gente, viéndose obligados a malbaratar su arte o en ocasiones más tristes abandonar su oficio y buscar algún otro trabajo ”mejor» pagado.
¿Alguna vez ha escuchado de una convocatoria que apoye a los artesanos con capacitación y maquinaria tecnológica, y no solo con comprarles telas, hilos o darles financiamiento para hacer etiquetas? Por experiencia propia le podemos decir que la respuesta más común que obtendrá en cualquier institución de gobierno al preguntar algo parecido será ”eso no entra en esta convocatoria» o ”no existe apoyo para ese tipo de cosas». Es curioso que un estado como Quintana Roo, que vive del turismo y de las artesaní­as locales, no haga el intento de incentivar a la población que trabaja en este rubro, dirigiendo siempre sus apoyos a sectores de pesca o explotación forestal, lo cual se vuelve irónico.
Es por eso que brindando un poco de la ayuda adecuada, como por ejemplo capacitación en fabricación digital con máquinas especializadas, estaremos acercando a los hombres y mujeres artesanos al mercado internacional, siendo capaces de mejorar sus procesos masivos de producción y puedan competir con el mercado actualmente existente.
La tradición por mantener las artesaní­as es muy clara para las comunidades, sobre todo las que pertenecen a la Zona Maya de Quintana Roo, lo único que necesitan es la capacitación para lograr grandes cambios, y de esta manera dejen de ser marginados y cada vez se vuelvan más independientes, haciendo lo que muchos de nosotros no nos atrevemos a hacer: mantener nuestra cultura y tradiciones de manera orgullosa en lugar de adoptar otras.

Graciela Machuca

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