Cuestiones éticas: ¿Se debe entrevistar a un prófugo de la justicia?
LA RESPUESTA DEL CONSULTORIO í‰TICO
-Dentro de las tareas específicas del periodista está la de dar a conocer la realidad, de la manera más completa posible y lo que piensa un prófugo de la ley, sus motivaciones y su personalidad, hacen parte de esa realidad que la ciudadanía tiene derecho a conocer para entender el fenómeno y para juzgar las políticas y mecanismos de seguridad.
-Otra cosa es que por incompetencia o por irresponsabilidad del periodista una entrevista con delincuentes se convierta en apología del delito. En ese caso es claro que lo condenable no es el hecho de la entrevista, sino la incompetencia del entrevistador y de su editor.
-El hecho también puede mirarse desde el punto de vista de los derechos del delincuente, que no desaparecen por razón de su delito. En algunos casos el mandato judicial restringe algunos de esos derechos, vg, el desempeí±o de cargos públicos, o la pérdida de la patria potestad, o la limitación de sus derechos políticos, pero ninguna de estas sanciones restringe su derecho a la expresión.
-El ciudadano común, y a veces las mismas autoridades, entienden el acceso del periodista a delincuentes o subversivos, como una forma de complicidad con ellos porque, infieren, el periodista conoce su ubicación y accede hasta ellos. La realidad es otra: el delincuente o subversivo que quiere informar a través de la prensa, busca al periodista. No es éste quien los encuentra, sino ellos quienes aparecen ante el periodista, y es él quien debe decidir qué se publica, no el delincuente.
-Pero aún si el periodista conoce el lugar en que fue hecha la entrevista y puede ubicarlo, no debe participar ese conocimiento a las autoridades, porque la confianza de otra fuentes en el periodista, se vería disminuida y esa disminución de la confianza de las fuentes va en perjuicio del derecho de la ciudadanía a tener información de calidad, que es la que garantiza el libre acceso de la prensa a las fuentes. Si el oficio de las autoridades es ubicar y capturar a los delincuentes, la del periodista es mantener bien informada a la ciudadanía, dos taras que no tienen por qué interferirse.
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