Miradas de reportero: Agravios a periodistas. Ni siquiera un método para contar tantos

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Por Rogelio Hernández López*

–¿Ya se cumplieron 30 aí±os de que venimos a protestar aquí­ por agresiones a periodistas?– me indagó el veteraní­simo colega y maestro Jorge Meléndez Preciado antes que terminará el mitin del 10 de diciembre en la plaza Zarco de la Ciudad de México. —Y ningún gobierno hace nada realmente. Les importa poco o nada a los polí­ticos de todos los partidos y gobiernos—recriminó.

— Es cierto–. Le confirmé lo que él ya sabí­a. Efectivamente, desde mayo de 1984 tras el asesinato del columnista Manuel Buendí­a llegamos a esa plaza, cada 30 de mayo, algunos puí±ados de periodistas en son de protesta. Más recientemente con el apoyo de pocos sindicatos de medios también hacemos esos recuentos de horror el dí­a internacional delos derechos humanos. ¿Y para qué? Es muy poco lo que han hecho los gobiernos. Las agresiones siguen sin freno.

Pocos polí­ticos, muy pocos, entienden que los agravios a periodistas son consecuencia, efecto de las vulnerabilidades estructurales que padecen cientos de medios y miles de periodistas por el modelo de comunicación social de México.

En el texto anterior de Miradas de Reportero, compartí­ el primer capí­tulo de un ensayo que entregué para su publicación a Freedom House y la Casa delos Derechos de Periodistas: Prontuario para reducir las vulnerabilidades de los periodistas mexicanos. Ahora extiendo la segunda parte, donde se confirma que ni siquiera existe un método común para registrar los agravios y que, además siguen creciendo geométricamente. Actualicé los datos hasta diciembre de 2014.

  1. AGRAVIOS, FENí“MENO INCESANTE

Sobre esos y otros factores estructurales se ha empalmado el fenómeno de agravios contra el ejercicio del periodismo, fenómeno que podrí­a suponerse coyuntural pero que no ha dejado de crecer de manera exponencial. Aunque en los distintos registros hay disparidad de cifras, cualquiera de ellos resulta más que alarmante para un paí­s que no está en guerra interna oficialmente.

De las agresiones más violentas, pueden darse los nombres de las 114 personas que han sido asesinadas del aí±o 2000 al 2014 por su vinculación al ejercicio del periodismo. Los datos provienen, en distintos momentos, de la Cámara de Diputados, del Centro Nacional de Comunicación Social, Reporteros sin Fronteras y, más recientemente, de los reportes periódicos de Artí­culo 19 y la Casa de los Derechos de Periodistas (CDP).

De acuerdo con esos reportes, del aí±o 2000 a noviembre de 2006 se registraron 30 asesinatos contra personas vinculadas al ejercicio del periodismo; de diciembre a diciembre de 2006-2012, fue el periodo más aciago cuando se reportaron 63 asesinatos, más del doble del sexenio anterior, a los que se sumaron otras agresiones: 14 desapariciones y 26 atentados a medios. En el primer aí±o del actual sexenio gubernamental (enero, diciembre de 2013), se registraron 8 asesinatos de personas vinculadas al ejercicio del periodismo y 33 ataques a instalaciones de medios. En lo que va del 2014, ya suman 12 los crí­menes y dos desapariciones contra personas vinculadas al ejercicio del periodismo; 114 asesinados desde 2000 a la fecha

En realidad no hay una fuente, ni privada ni oficial, que con metodologí­a y rigor suficientes pueda informar con precisión el número de agresiones, asesinatos y atentados violentos en este periodo. Tener certezas sobre crí­menes y otras acciones violentas posibilitarí­a las respuestas para frenarlos. Eso se corrobora en el Informe sobre la Libertad de Expresión en México de 2013 que presentó Freedom House:

Las estadí­sticas sobre el número de ví­ctimas son imprecisas e inconsistentes. Existe, además, una ”cifra negra» debido al propio silencio de las ví­ctimas y familiares que no denuncian por desconfianza de las autoridades. La Fiscalí­a Especial para la Atención de Delitos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) registró 95 homicidios de periodistas desde enero de 2000 hasta el 30 de junio del 2013. Por su parte, la CNDH contabiliza 85 homicidios de periodistas cometidos en los últimos 13 aí±os, más 20 desapariciones y 40 atentados a medios de comunicación. La Federación de Asociaciones de Periodistas de México (Fapermex) contabiliza 128 personas asesinadas.

Lo innegable es que el registro general de agravios contra periodistas y medios de comunicación indica que siguen aumentando aí±o con aí±o, casi exponencialmente. En el gobierno de Ernesto Zedillo (1994-2000), la Cámara de Diputados registró 208 agresiones; con Vicente Fox (de 2000 a 2006) Cencos reportó 260; con Felipe Calderón el total se cuadruplicó con 946. La tendencia parece seguir a la alza en el nuevo régimen federal: Artí­culo 19 indica haber registrado tan sólo en 2013, la cantidad de 330 agravios de todo tipo (seis de ellos asesinatos), esto es, 59 por ciento más que en el aí±o anterior. Con ese dato superó al peor aí±o de Felipe Calderón (2009) cuando se registraron 244 agresiones. Y en tres trimestres de 2014 Artí­culo 19 registró 222, mientras que la CDP divulgó haber contabilizado 620 agresiones de enero a noviembre de 2014, 95 de ellas contra mujeres.

Hasta allí­ el capí­tulo II del ensayo. En resumen, los agravios no cesan, no existe una metodologí­a aceptada por todos los que realizamos monitoreo.

Los polí­ticos, todas y todos, de dientes para afuera dicen respetar al periodismo, a la libertad de expresión porque son ”puntales de la democracia», hasta se comprometen, pero poco cumplen. Eso es desvergí¼enza, procacidad. De tal actitud tengo varios ejemplos que puedo testificar, recordé poco después de la charla con el periodista Jorge Meléndez:

En 2010, cuando subí­an aceleradamente las agresiones al periodismo en México, propuse a la Asamblea Consultiva y a la Junta de Gobierno del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) que aprobaran un programa de intervención en defensa de los periodistas porque se estaba volviendo una de las poblaciones más vulnerables. Se aprobó por unanimidad hasta con el voto del presidente, Ricardo Bucio. Pero después éste, hizo nada, ni siquiera una declaración pública.

Otro ejemplo. La Asamblea Legislativa en 2010 aprobó un Programa de Derechos Humanos para la ciudad y uno especial para defensa de la libertad de expresión y del periodismo. Esto consistirí­a en instalar una Casa Refugio para periodistas y los programas de acompaí±amiento, protección y capacitación que implementarí­a una Asociación Civil de periodistas. Cuatro aí±os después, no hay Casa Refugio y se retiró totalmente el respaldo gubernamental a la Asociación que opera desde entonces sin esa sede. Hemos esperado por 5 meses, la audiencia que le solicitamos para no cerrar este mecanismo civil que hace la chamba que corresponde al gobierno, o al menos unas declaración del Jefe de Gobierno, Miguel Mancera, que revalidé la actitud anterior. Y tampoco nada.

La misma insensibilidad ha mostrado este presidente de la República, Enrique Peí±a, ante el crecimiento de los agravios a periodistas. Ni una declaración, ni medidas reales de protección integral a los periodistas, más allá de lo que poco que hacen la Fiscalí­a Especial de la PGR, el Mecanismo de Protección de la Segob y la CNDH que se limitan a lo cautelar. Lo mismo ocurre con la mayorí­a de gobernadores y congresos locales. Procaces.

Una sola metodologí­a serí­a útil para identificar las tipologí­as de agresores y de agravios, y saber dónde poner el acento en la prevención, en la persecución y en el castigo. Pero sobre todo contar con una tipologí­a de los agraviados, que a mi juicio han sido doblemente castigados: el modelo de comunicación social hizo más vulnerables estructuralmente a muchos medios y periodistas y estos son los que han padecido mayoritariamente las agresiones, tanto las sistémicas como las de violencia coyuntural. Ese será el tema siguiente de Miradas de reportero.

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* Reportero desde 1977. Especializado en investigación en Excélsior, El Universal, Milenio y otros. Dos veces Premio Nacional por el Club de Periodistas. Autor de los libros Zócalo Rojo, Zorrilla y Sólo para periodistas. Profesor invitado en varias universidades. Ex Consejero del Mecanismo de Protección a Periodistas de la Segob y Ex Coordinador de Protección de la Casa de los Derechos de Periodistas, A.C. Consultor en temas de protección, leyes y polí­ticas públicas sobre el periodismo. Email: rogeliohl111@gmail.com

 

Graciela Machuca

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