Enigmas: Dí­a de Muertos ‘revive’ fantasmas y leyendas

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Jorge Moreno/SIPSE
Mí‰RIDA, Yuc.- Estamos a dí­as de que inicie la celebración de los ”Fieles Difuntos», también conocida como ”Dí­a de muertos», y con ello en escuelas, sitios públicos, el trabajo, etc. empiezan a contarse historias de terror y casos paranormales que dejan la ”piel chinita» a más de uno.

Por ello a partir de hoy y hasta que concluyan las celebraciones (el 2 de noviembre) hablaremos de los personajes e historias más emblemáticas con relación a estas fechas; iniciamos con una historia real que muchos han escuchado, pero pocos saben su origen exacto, nos referimos a ”La Planchada».

Enfermera real
De hecho muchos piensan que se trata de tan sólo una leyenda, sin embargo es un personaje real, el cual vivió en nuestro paí­s.

Se trata de una enfermera zacatecana de nombre Eulalia, que entra a trabajar a un hospital en la Ciudad de México hace casi 70 aí±os y tras su muerte, luego de una triste historia de amor y mentiras, empieza a manifestarse en su centro de trabajo ayudando a los pacientes.

En Yucatán también
Sin embargo, reportes idénticos se han dado en cientos de hospitales y clí­nicas de todo el paí­s, incluyendo los principales centros médicos de Mérida como el Hospital O’Horán, el Juárez, la Clí­nica de Mérida, la Cruz Roja y sus diversas delegaciones, así­ como clí­nicas del interior del Estado.

Popularmente la gente de todo el paí­s dice que se les apareció o vieron a ”La Planchada», de hecho cuando he ido a investigar casos paranormales en clí­nicas yucatecas, nunca falta la enfermera, doctor, empleado administrativo o paciente que me reporta haber visto a este ser fantasmal.

Pero, aunque en muchas ocasiones los fenómenos paranormales carecen de toda lógica, serí­a extraí±o pensar que el fantasma de Eulalia se apareciera por todos los hospitales del paí­s, ya que los reportes se cuentan por cientos a lo largo de todo el aí±o en todas las ciudades y municipios de México.

Versiones ‘locales’
Lo que sí­ he podido descubrir, es que en realidad hay fenómenos repetitivos, es decir, por ejemplo, las manifestaciones que se dan en equis clí­nica yucateca son del alma en pena de una enfermera que falleció aí±os atrás y que laboraba ahí­, y que por alguna razón (quizás no se ha dado cuenta que ya no pertenece a este mundo), aún asiste a su centro de trabajo y cuando tiene la energí­a suficiente (esto es intermitente) puede manifestarse e incluso darle su medicina a un paciente.

Cuando esto ocurre, se afirma que fue ”La Planchada», cuando en realidad fue un alma en pena que estuvo relacionada en vida con esa clí­nica y no Eulalia, la zacatecana.

De estos hay muchos casos en Mérida y el interior del Estado, y casi siempre que realizo la investigación a fondo, descubro que en efecto, el ”ser fantasmal vestido de blanco como si fuera una enfermera», es de una ex empleada de ese sitio fallecida aí±os atrás.

Orí­genes de la leyenda
Pero entonces, ¿que le ocurrió a la auténtica Planchada y por qué le dicen así­? En resumen les puedo decir que esta popular historia ocurrió en la capital del paí­s, a mediados del siglo pasado; Eulalia era una eficiente y guapa enfermera, que se caracterizaba porque su uniforme siempre estaba limpio e impecable, bien planchado con almidón, sin la más mí­nima mancha ni arruga, de ahí­ que sus compaí±eras le apodaban ”La Planchada».

Un dí­a, entró a trabajar a la clí­nica un doctor del que se enamoró de inmediato y sostuvieron un romance a escondidas, aunque él decí­a que era soltero, siempre daba pretextos para no hacer pública su relación.

Un dí­a, poco después de cumplir un aí±o de romance, él le pide matrimonio, pero le dice que antes de formalizar todo debí­a irse 15 dí­as a un seminario a otra ciudad; incluso ella le planchó y preparó la ropa que llevarí­a al curso.

Boda y traición
Pero semana y media después, se entera que en realidad no se habí­a ido a ningún seminario, sino que habí­a renunciado, para irse de luna de miel, ya que en dí­as previos se habí­a casado con su novia de aí±os y tras esto se irí­a a laborar a otro hospital.

Desde su decepción amorosa, Eulalia jamás volvió a ser la misma, permitió que la amargura fuera apoderándose progresivamente de ella, hasta convertirla en un ser frí­o, silencioso y sombrí­o, en una mujer que no volvió a vincularse a ningún hombre porque se abandonó a la idea de que todos ”eran iguales», y en una enfermera que realizaba su trabajo con el alma empolvada por el tedio y el desgano, descuidando a los enfermos hasta el punto de que algunos murieron por sus negligencias al olvidarse darles la medicación, a pesar de ello no fue despedida, porque sus compaí±eros y superiores la apreciaban y pensaban que tarde o temprano volverí­a a ser la chica trabajadora y dedicada a los pacientes que siempre habí­a sido.

Pasaron así­ los aí±os y un dí­a la enfermedad cayó sobre ella, falleció y al poco tiempo, sus compaí±eros aseguraron ver su alma en pena deambular por su centro de trabajo, pero no sólo eso, quizás arrepentida por fallar en su trabajo, empezó a ”ayudar» a las enfermeras dándole medicinas a determinados pacientes y ”avisar» cada vez que habí­a una emergencia o alguna enfermera se dormí­a en su trabajo.

Las descripciones de decenas de pacientes y familiares de ellos fueron contundentes, hablaban de una guapa chica con la ropa impecable y perfectamente almidonada… así­ inició la leyenda de ”La Planchada».

Por cierto, les recuerdo que este viernes 24 llega a Kinchil la gira paranormal 2014, en tanto que al dí­a siguiente, el sábado 25, estaremos en Muna.

Graciela Machuca

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