Conmoción en Canadá por el asalto al Parlamento y la muerte de un militar

0

 

1413987469_517627_1413988952_noticia_normal

 

internacional.elpais.com

Canadá perdí­a la inocencia esta maí±ana pasadas las diez, cuando al menos un hombre armado atacaba a tiros el Parlamento de Ottawa poco después de abatir a un soldado que guardaba el National War Memorial, monumento cercano al legislativo canadiense. El centro de la ciudad, en otras circunstancias un lugar calmado y donde reina el orden, fue sellado por la policí­a y tomado por fuerzas de seguridad fuertemente armadas que, en principio, buscaban a más de un autor ya que se produjeron varios incidentes.

El atacante, cuya identidad se desconoce todaví­a, fue abatido en el interior del Parlamento de Canadá, según ha informado la policí­a, que también ha confirmado que investigaba si se habí­an producido tres incidentes o dos (el del Parlamento; el del monumento y otra más en un centro comercial, que finalmente ha quedado descartado), por lo que buscaban a más sospechosos. Al menos dos personas estaban heridas, una de ellas podrí­a ser un guarda del parlamento.

El de esta maí±ana es el segundo ataque que se produce en Canadá en lo que va de semana. El lunes, un joven de 25 aí±os descrito por la policí­a como alguien ”claramente vinculado con una ideologí­a terrorista» e investigado por sus lazos con el yihadismo, mataba a un soldado y dejaba a otro herido tras atropellarles deliberadamente con su coche en un pueblo de Quebec. El incidente de Quebec coincidí­a con la partida de seis aviones de combate canadienses para Kuwait para participar en los bombardeos que la coalición internacional está efectuando contra el autonombrado Estado Islámico en Irak. A principios de mes, la Cámara de los Comunes aprobaba participar en los ataques aéreos contra el EI. Si el incidente del atropello de los militares está relacionado o no con el ataque al Parlamento está por ver.
Al filo de las diez de la maí±ana, un hombre que llegó al lugar en coche escondiendo un rifle bajo una manta abatí­a a tiros a un soldado que hací­a guardia en el monumento a la guerra frente al parlamento canadiense, según relataban los medios de comunicación locales. A partir de ahí­ se produjo una escalada de los hechos que llevaban a evacuar de urgencia al primer ministro canadiense, Stephen Harper, que se encontraba reunido con legisladores de su partido —el conservador- cuando un hombre armado entró en el edificio y pasó corriendo al lado de la puerta en la que se encontraba el mandatario.

”El primer ministro estaba reunido cuando a una explosión enorme le siguieron varias ráfagas de disparos», dijo Tony Clement, miembro del Gabinete de Harper. Toda el área, conocida como Parliament Hill y donde es algo habitual ver a nií±os jugando al fútbol en las zonas verdes, quedó cerrada y sellada por fuerzas policiales fuertemente armadas.

En el interior del edificio del Parlamento se escucharon disparos y un reportero del diario The Globe and Mail colgó un ví­deo en YouTube en el que se oí­an tiros y varios agentes de la policí­a disparaban. Con informaciones frenéticas produciéndose en Twitter, el portavoz del Harper, Jason MacDonald, confirmaba que el mandatario estaba a salvo. Numerosos periodistas que cubrí­an la jornada parlamentaria de hoy se encontraban atrapados dentro del Parlamento, que estaba siendo registrado minuciosamente por la policí­a.
Citada por Globe and Mail, Carol Devine, la dueí±a de una joyerí­a de un hotel cercano al Parlamento relataba que nadie podí­a entrar ni salir del edificio. ”Es una sensación muy extraí±a», dijo la mujer. ”Me siento igual que me sentí­a el 11 de Septiembre, ese dí­a también estaba trabajando aquí­ y habí­a en el hotel una delegación de EEUU. Siento la misma extraí±a sensación que entonces».

Canadá elevaba su nivel de alerta terrorista ayer martes tras el incidente del joven yihadista a pesar de que no existí­a ”una amenaza especí­fica», según insisitieron fuentes oficiales, que atribuyeron la precaución ”al incremento del murmullo online» de grupos radicales, incluidos el Estado islámico y Al Qaeda.

En el vecino Estados Unidos, el presidente Barack Obama hablaba con el primer minsitro Harper, según confirmó el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. ”Han tenido oportunidad de hablar», dijo Earnest sin aportar más detalles durante su habitual rueda de prensa. El FBI ordenaba que se elevase el nivel de alerta en todas sus sedes y el Comando de Defensa Aeroespacial Norteamericano (NORAD, por su sigla en inglés), hací­a lo propio tras el ataque en Otawa. ”El NORAD está dando todos los pasos apropiados y prudentes para estar en condiciones adecuadas de responder rápidamente a cualquier incidente que afecte a la aviación en Canadờ, afirmó el Comando en su cuenta oficial de la red social Twitter.

Canadá no es ajena al terrorismo y en los aí±os setenta sufrió secuestros polí­ticos por parte del Frente de Liberación de Quebec durante lo que se conoce como la Crisis de Octubre

Canadá no es ajena al terrorismo y en los aí±os setenta sufrió secuestros polí­ticos por parte del Frente de Liberación de Quebec durante lo que se conoce como la Crisis de Octubre. El paí­s tranquilo también ha vivido varios tiroteos de masas, ambos en centros educativos, uno en en la Escuela Politécnica en 1989 y otro en Dawson College en 2006.

El alcalde de Ottawa, Jim Watson, aseguraba ayer en rueda de prensa que era ”un dí­a triste y trágico para nuestra ciudad y nuestro paí­s». A su lado, portavoces de la policí­a subrayaban que la situación seguí­a siendo ”fluida» y que la investigación continuaba. «Todos queremos respuestas» y las autoridades trabajan para proporcionarlas, compartió el alcalde. Poca fue la información que la policí­a pudo proporcionar durante la rueda de prensa, más allá de admitir que el ataque les tomó «por sorpresa», según reconoció Gilles Michaud, de la Policí­a Montada de Canadá.

En un comunicado, el primer ministro Harper, subrayó «la importancia de que el Gobierno y el Parlamento sigan funcionando» pese al violento incidente. Pero Ottawa estaba en estado de choque y el corazón del Gobierno canadiense habí­a quedado tocado para siempre.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *