LAS CASAS DE EMPEí‘OGraciela Machuca Una de las formas que indican la pobreza de una sociedad,según los economistas, son las casas de empeí±o, toleradas por los gobiernos, que operan en total anarquí­a, se ha dicho también que muchas de ellas operan con lavado de dinero en la zona norte del estado.

En Quintana Roo, hay aproximadamente 500 casas de empeí±o y préstamo, de las cuales el 80% están concentradas en dos municipios de la zona norte: Benito Juárez y Solidaridad; de esas 500 sólo un 25% están reguladas conforme a la ley, el resto son consideradas casas de empeí±o «patito» que un dí­a abren y al otro desaparecen con los bienes de la gente, sin ninguna normatividad que las regule (PROFECO) Esta situación permite también el desarrollo de la comercialización de objetos robados, prácticas fraudulentas y la aplicación de altas tasas de interés.

declaró la diputada federal, Susana Hurtado Vallejo, secretaria de la comisión de Economí­a del Congreso de la Unión.

Hurtado Vallejo, indicó que esta es la situación que se vive en la entidad con las casas de empeí±o, la Profeco reportó entre 10 y 12 demandas contra esos negocios por fraudes, por la desaparición del establecimiento o porque la prenda fue enviada a remate. el Código de Comercio en su artí­culo 65, fracción décima estipula lo de las casas de empeí±o y establecimientos de ventas públicas y la regulación de las tasas de interés, normas y leyes que dejan en completo desamparo a los desafortunados usuarios.

El semanario Forum de Felipe Carrillo Puerto, las define como ”RATONERAS de LADRONES»

Y dice que: las casas de empeí±o sirven de almacén de artí­culos robados.

La facilidad con la que se puede empeí±ar aparatos electrodomésticos y alhajas sin tener que entregar facturas de dichos artí­culos, facilitan a los ladrones llevar los artí­culos robados a las casas de empeí±o. Dichas casas están cayendo en delitos de encubrimiento manifestó el comandante de la policí­a judicial del estado, José Soto Ramí­rez.

Con los empeí±os se cubre una necesidad y se destapa una presión .

Para poder comprar los útiles escolares una madre de familia nos dice: «Sí­ he llegado a quedarme con mi casa vací­a, sin televisión, estereo y otros aparatos, y ya no nos queda de dónde más jalar para cubrir un gasto imprevisto», relata Margarita Poot, madre de 4 estudiantes. Asegura que esa situación la ha llevado no sólo a deprimirse, sino a enfermarse por el estrés de asumir toda la carga que representa el tener que «capotear» los problemas económicos como la administradora del hogar, al inicio del ciclo escolar.

Además de que en esta época del aí±o, las casas de empeí±o, les ponen peros a sus prendas para darles menos dinero por sus empeí±os. Esperaremos que la Diputada Hurtado, no abandone este tema y que las casas de empeí±o se regulen en todo el estado en beneficio de los usuarios.

Graciela Machuca

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