Yaaxché

La proximidad del invierno hace que varias especies de árboles tiren sus hojas y se queden totalmente sin follaje. En Yucatán, la gran mayorí­a de los Yaaxche (ceibos) quedan en esas mismas condiciones.
¿Cómo es posible que los Mayas hayan elegido éste árbol para representar en su forma de ver la vida?
En mi nií±ez me dijeron en mi comunidad que en las noches de luna llena, del ceibo sale la xtabay- y prácticamente lo relacionan con el kí­sin (demonio)-, y que por ese motivo algunas personas de Peto,por donde veí­an un ceibo, lo eliminaban.
Luego, con el paso del tiempo, en mi andar en varias comunidades mayas de la pení­nsula, encontré que el ceibo era considerado como el ”árbol de la vida». En la zona maya de Quintana Roo hoy en dí­a hay varias ceremonias mayas que lo considerancomo parte primordial para su ritual.
Un dí­a, al visitar la comunidad de Seí±or- que pertenece al municipio de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo-, encontré a una multitud que se traí­a consigo una inmensa mata de ceibo. Por un momento no entendí­a qué pasaba, sólo escuchaba gritos, risas de los nií±os, jóvenes, adultos y ancianos. Detrás de ellos, estaban los músicos que ejecutaban piezas musicales del Mapayax.
Después de un buen rato de observar la escena, vi que el enorme ceibo era cultivado en medio de un coso taurino – que se construyóa base maderas y palmas de huano-, en una ceremonia que forma parte de las fiestas tradicionales de cada una de las comunidades mayas de la Pení­nsula de Yucatán.
Mi sorpresa fue que vi a más de media docena de mujeres mayas quienes portaban un atuendo especial. Ellas giraban alrededor del árbol, al igual que los músicos. Noté que la música era especial, propia de los momentos ceremoniales. Al concluir con la siembra del árbol, todos se fueron a la capilla principal de esa comunidad.
Fue en ese momento cuando por fin pude apreciar, que entre las ramas del ceibo se encontraban diversas frutas de la región. Prácticamente, esa imagen representaba un árbol de navidad. La única diferencia era que, en vez de esferas, en las ramas de la ceiba estaban colgados productos con una notable simbologí­a con la alimentación. Y en la parte baja, en vez de juguetes, nos ofrecí­a el espacio para la corrida de toros.
La gente del lugar se encargó de ilustrarme en lengua maya sobre las particularidades de esta ceremonia, como el hecho de traer el árbol desde el lugar donde fue arrancado del monte.
En el trayecto, la gente que acompaí±a el ceibo interpreta escenas propias de la vida silvestre y de la milpa maya. Es ahí­ donde interviene el tejón o chí­ik —animalque destruye prácticamente las milpas durante la época de la cosecha de maí­z. En el camino, la gente va comiendo y tirando la pepita gruesa entre la multitud, y todo esto es del agrado de los nií±os.
En escenas como esa intervienen numerosos personajes que resaltan el papel de algunos animales del monte, y del hombre;el discurso generado durante el acto aclara esa relación y el respeto por la vida, que diariamente se vive en el mayab.
Constatar este tipo de experiencias comunitarias ha sido un privilegio, pues hacen que reflexione y que me asalten múltiples interrogantes, como por ejemplo ¿Porque durante mi nií±ez se nos inculcó despreciar al ceibo pese a que loslibros que hablan de nosotros (mayas), nos seí±alan de la importancia que tuvo ese árbol con nuestro pueblo?
Ahora con el paso de los aí±os, y el hecho de haber leí­do cómo Fray Diego de Landa destruyó una gran cantidad de documentos mayas en Maní­, y con las experiencias que tuve desde mi nií±ez, queda claro que hasta nuestros dí­as, existe una práctica sistemática ”de alejarnos de nuestras raí­ces mayas», como reconsiderar el significado del ceibo y su relación con el agua.
Y fue Humberto Gómez Rodrí­guez -descubridor de las grutas de Balancanchén- con su charla que impartió ayer en Mérida en el marco conmemoración del XV aniversario luctuoso del arqueólogo Ví­ctor Segovia Pinto, quien me hizo recordar estas experiencias que hoy comparto.
í‰l puntualizó que no fue quien descubrió esta gruta sino quien encontró las secciones que no habí­an sido exploradas ”Fue maravilloso encontrar en la sección principal, la representación de una ceiba y de los mascarones de cha’ac», aclaró Gómez Rodrí­guez.
En su conferencia, evidenció que en el aí±o de 1959 los sacerdotes Mayas, al enterarse del descubrimiento de estas grutas, se apersonaron al sitio y pidieron entrar, para realizar una ceremonia maya con el fin de apaciguar el orden y la paz de estos sitios sagrados: ”Al concluir con esta ceremonia, que tardó más de 20 horas, pareció que los dioses mayas escucharon la plegaria, porque llovió intensamente», dijo Gómez Rodrí­guez.
Con estas experiencias, deja en claro que nuestros ancestros, a través de sus centros ceremoniales, sus cuentos-fabulas, el significado de sus plantas y de la milpa, sigue sorprendiéndonos de lo mucho que falta por conocer…
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Comunicador mayahablante, egresado de la Universidad Autónoma Chapingo y colabora actualmente en la Fundación Produce Yucatán, A.C. arux_kat@hotmail.com

Graciela Machuca

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