Para caminar con paso firme
Cada nuevo proceso electoral representa, para los mexicanos, una lluvia de propaganda que inunda nuestras calles, nuestros televisores, nuestros oídos, nuestros espacios deportivos y todo lo que pueda ser inundado; representa un gasto enorme desde la parte formal y, también, desde la parte informal; durante 3 meses estaremos observando la cara de los candidatos, las propuestas de los candidatos, la música de los candidatos y todo lo que pueda ser escuchado y visto con relación a quien busca un cargo de elección popular.
La tradición y la costumbre, de lo vivido, me invita a pensar que nuevamente mis impuestos se convertirán en playeras, gorras, mandiles, calendarios, bolsas, entre otras tantas cosas en las que puedan convertirse; esa misma tradición y costumbre me hace querer pensar que es una pérdida de recursos y de tiempo el imaginar que mi voto servirá para cambiar el panorama político, económico y social que se vive en el país.
No obstante que la tradición y costumbre me muestran un panorama nada agradable y alentador, también es cierto que me muestran como mi propia desidia esta devolviéndome una realidad que no quiero, que no me agrada y que hace quejarme día a día pensando que no la merezco. Un nuevo proceso electoral, trae consigo -además de todo lo mencionado con anterioridad- una nueva oportunidad de cambiar lo que se vive. Es necesario que, ahora, cuando las cosas están cada vez peor en nuestro país, asumamos la responsabilidad ciudadana que nos compete, que seamos verdaderos actores dentro de la política en nuestro país, que podamos pensar y definir a quien le daremos el voto.
Esa es la parte que nos toca como ciudadanos simples, como gente común, como el pueblo enorme y trabajador que somos; pero no solo a nosotros nos compete realizar algo productivo durante este periodo de elección, también los actores políticos que encabezan los diferentes proyectos que debemos analizar tienen un compromiso con el cambio y el trabajo. Es necesario que cada uno de los que salieron beneficiados para abanderar a un partido político entiendan y acepten que esto es una contienda, que les puede tocar GANAR o PERDER y que no todos están con ellos, que es momento de mostrar capacidad política y humana para sumar y no para perseguir a quienes no comparten la ideología que ellos tratan de generalizar.
Es necesario que los actores políticos en nuestro entidad muestren esa MADUREZ que requiere un Estado grande y prospero, que cada uno de los que serán nuestros dirigente muestren esa capacidad que se necesita para avanzar con fuerza, para ir CAMINANDO FIRME, para convertir los sueí±os en una realidad que sea tangible y no nada más la podamos observar cuando alguien nos las muestre en un papel.
Creo y confío en este espacio geográfico que me está brindando la oportunidad de desenvolverme como ciudadano y como profesionista; creo y confío en un partido y sus representantes; soy un obrero que pretende trabajar por el bienestar de sus hermanos y familiares, por ello creo tenga el derecho de solicitar un gobierno de gente capaz, un gobierno de gente incluyente que nos permitan alcanzar los logros que tanto aí±oramos como pueblo.
Soy un hombre de fe, un hombre que confía en la palabra de sus compaí±eros y que asume la responsabilidad que le corresponde… Me comprometo a valorar las propuestas, a analizar a las personas y tomar la mejor decisión basado en un pensamiento crítico. Y espero, con ansia y con fe, que en esta nueva oportunidad, que nos brinda un calendario adelantado, nos traiga dirigentes que nos ayuden a conformar una identidad como municipio y como estado.
Por M.E. Eduardo Ariel Herrera Avila