El difí­cil reto de ganarle al PRI

0

El proceso electoral del próximo 4 de julio comienza a recorrer un camino conocido. Las esperanzas de la oposición, que llegaron a su cúspide en los primeros meses del aí±o, chocan contra la realidad de un PRI fuerte y organizado que no quiere ceder un milí­metro de poder.
Algunos polí­ticos opositores se desaniman cuando realizan un análisis profundo de su situación electoral. Saben, por ejemplo, que todas las argucias polí­ticas del PRI para debilitar a sus rivales, a priori, han resultado. Los partidos opositores van divididos, están infiltrados, y muchos de sus supuestos candidatos son al fin personajes polí­ticos vinculados al PRI, que serán, más temprano que tarde, funcionales al tricolor.
Ese escenario, sumado al destino electoral casi seguro en algunos municipios que parece imposible quitarle al tricolor, dan a entender que la elección del 4 de julio es una prueba demasiado difí­cil para la oposición.
Sin embargo, actores de la oposición siguen pensando que no se debe dar una batalla por perdida bajo ninguna circunstancia. Las campaí±as polí­ticas son, casi por definición, un enigma. Hay demasiados ejemplos de ”triunfos seguros» que se dieron vuelta a última hora, como para que nadie, de un lado u otro del espectro polí­tico, pueda dormir tranquilo hasta el 5 de julio.
Más allá de esa situación de incertidumbre, lo cierto es que de acuerdo a las diversas encuestas y cálculos electorales de los partidos, el PRI va por elecciones muy favorables en Othon P. Blanco (Carlos Mario Villanueva) Cozumel (Aurelio Joaquí­n González) Tulum (Edith Mendoza) José Marí­a Morelos (Froylan Sosa) y Solidaridad.
Este último municipio tiene la particularidad de que la candidatura opositora de Marciano Toledo tiene fuertes ví­nculos con el propio PRI, y hasta una posible victoria suya no desagradarí­a del todo a los tricolores.
En una reciente entrevista publicada en Luces del Siglo, Marciano Toledo (el candidato de la oposición, recuérdese) dijo que el gobierno de Félix González en el estado, y el de Román Quian Alcocer, en Solidaridad, eran excelentes, y no habí­a nada que cambiar. Su estrategia serí­a, entonces, ganar con los votos del PRI y no con los de la oposición, que está muy lejos del tricolor en ese municipio. Nada diferente puede esperarse de un gobierno con esas bases.
En los otros municipios del estado podrí­a haber enfrentamientos mas complejos, aunque no necesariamente perdedores para el PRI. Estos son:  Felipe Carrillo Puerto, donde ya ha ganado el PRD hace pocos aí±os ( y que dejara saldos lamentables en contra de la ciudadania desgraciadamente); Lázaro Cárdenas, con la candidatura de una mujer  (Trinidad Garcí­a) y un buen acuerdo electoral entre PAN y PRD; Isla Mujeres, donde gobierna el PAN, pero tiene un duro desafí­o para mantener la alcaldí­a con la candidatura verde-prií­sta de Antonio Coronado, y Cancún, que es una situación con aspectos claramente particulares.
La importancia fundamental de Benito Juárez, por supuesto, tiene que ver con su tamaí±o electoral. En ese municipio se concentra la mitad de los electores del estado, y su gobierno es de oposición. Pero esa elección se divide en dos elecciones muy diferentes entre sí­; la elección municipal y la estatal, lo que le da un aspecto a tomar muy en cuenta.
En la elección municipal, la candidatura de Julián Ricalde tiene el respaldo de toda la oposición. PRD, PT, Convergencia y PAN se unieron a esa causa, que incluye, por supuesto, el apoyo de la candidata a la gubernatura por el blanquiazul, Alicia Ricalde (hasta el cierre de este artí­culo, esa candidatura seguí­a en pie) que además es su hermana.
Ese gran cruce de apoyos, que harí­a lógico un triunfo indiscutible, en realidad no logra dar esa certeza. Los votos de Benito Juárez, al fin, son fundamentalmente de Gregorio Sánchez, y su relación con el candidato de la oposición a la alcaldí­a nunca ha sido la mejor. Nadie descuenta una mayúscula sorpresa en las urnas, surgida de esa trunca amistad y la eterna desconfianza mutuas.
La situación de la elección estatal que se dirimirá en Cancún es diferente. En ese contexto, Gregorio Sánchez sabe que tiene una gran cantidad de votos propios el municipio, y hará que éstos sean sus fortalezas para pelear por la gubernatura del estado.
En el búnker del candidato aseguran que araí±arán los 100 mil votos sólo en esta demarcación y su zona de influencia, y eso será suficiente para pelear de igual a igual la elección con el prií­sta Roberto Borge. Más allá de esos números, sin embargo, entienden claramente el grado de dificultad que tiene quitarle el gobierno a un partido que nunca ha dejado de gobernar, y tiene estructuras polí­ticas y electorales muy bien provistas de dinero y disciplina para enfrentar ese reto.
Pero si el tema de las elecciones municipales es preocupante para la oposición, mas lo es el próximo Congreso.
El PAN designó como diputados plurinominales (acaso los únicos que logre imponer) a viejos conocidos o simpatizantes del PRI. Los tres primeros lugares de esa lista los cubren Yolanda Garmendia, Patricia Sánchez (ex empleada del gobierno estatal) feminas que no presisamente se distinguieron por un buen trabajo en favor ni del genero ni de su partido, y Jorge Martí­n Angulo. Cualquiera que llegue será, en el mejor de los casos, un diputado afí­n a quien gane la elección, aunque se trate del PRI.
Con ese escenario, al cual se debe sumar la probable llegada al Congreso del convergente  Rubén Darí­o Rodrí­guez, fuertemente vinculado a Gabriel Mendicuti, coordinador de campaí±a del candidato del PRI, y la siempre vigente negociación en Benito Juárez, que podrí­a derivar en un triunfo de Julián Ricalde a cambio de tres o cuatro distritos electorales de Cancún para sus adversarios, es casi un hecho que la próxima Legislatura estará nuevamente dominada por el tricolor.
Así­ vistas las cosas, la situación de la oposición depende casi exclusivamente de que Gregorio Sánchez logre la hazaí±a de ganarle al PRI. Y aun así­, una parte sustancial de los partidos opositores seguirá transitando su sueí±o de parecerse cada vez más al viejo dinosaurio, que siempre está ahí­.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *