La construcción de una carretera al sur del municipio de Othon P. Blanco provocó severos daí±os al patrimonio arqueológico de la nación, el Centro SCT Quintana Roo fue el causante del arrasamiento clandestino de varias decenas de monumentos prehispánicos de la cultura maya comprendidos entre los ejidos de Ojo de Agua y Civalito, en la zona limí­trofe de Campeche y Quintana Roo.
Los trabajos clandestinos implementados por el írea de Carreteras Alimentadoras de la SCT en esa zona, dieron pie al desarrollo de un proyecto arqueológico bajo la supervisión del Centro INAH Quintana Roo que dejó a la luz innumerables hallazgos en una zona desconocida casi por completo, de la que poco se sabí­a.
Bajo un clima de tensión debido a la falta de coordinación entre esa secretarí­a y algunas áreas vitales del Gobierno del Estado, los pobladores de Manuel Crescencio Rejón se vieron envueltos en un conato de desorganización total que impidió resolver a tiempo la tenencia de la tierra, dejando al descubierto abundantes diferencias entre los ejidatarios y la SCT. Por fortuna al finalizar el aí±o anterior el problema social fue resuelto dando como resultado la conclusión del tramo carretero correspondiente.
Como consecuencia de aquella obra clandestina, clandestina porque no se le notificó a tiempo al INAH, los trabajos arqueológicos se realizaron a la par de las obras de infraestructura, obteniéndose como resultado de las exploraciones el registro de 10 sitios arqueológicos que amplí­an el conocimiento de los mayas prehispánicos en aquella región. Se desprende de las investigaciones una mayor y mejor información. Las unidades habitacionales exploradas dejaron al descubierto algunos entierros humanos que fueron enterrados con abundantes caracoles de agua dulce acompaí±ados de vasijas de barro y cuentas de piedra verde colocadas en la boca como parte del ritual de esa cultura.
Otros datos importantes se refieren al hallazgo de cámaras funerarias y de refugios que debieron haberse construido contra ataques externos a la población o que se construyeron para protegerse de tempestades y huracanes.
La alta densidad de población reveló un análogo comportamiento en la abundancia de unidades habitacionales de gran lujo compuestas por plazas y habitaciones de gran sentido arquitectónico construidos hacia los aí±os 250 a 600 después de Cristo. Estas habitaciones y sus espacios abiertos contaban con grandes cantidades de cerámica local y de manera especial de comercio proveniente de lugares lejanos.
Para evitar la pérdida de información y de los sitios arqueológicos, el INAH tendrá bajo la mira permanente a la Secretarí­a de Comunicaciones y Transportes.

Graciela Machuca

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