A tres aí±os de Calderón, una vergí¼enza la polí­tica de género

0

La administración bajo sospecha y sin legitimidad de Felipe Calderón, tres aí±os después de su impostura arroja cuentas lamentables respecto de la llamada  polí­tica a favor de las mujeres.
En estos tres aí±os, no sólo no hay polí­tica, sino que, se vive un retroceso funesto concentrado y demostrable: menos presupuesto para las acciones previstas en la ley; regresión y desempleo, un sostenido aumento de la violencia contra las mujeres; impunidad y lo más grave: un ataque frontal contra la tradición despenalizadora del aborto.

Esta situación es reconocida y condenada, como se dice, por propios y extraí±os; a la condena internacional por la falta de medidas que limiten la violencia contra las mujeres, hoy se suman la crí­tica a la batalla contra los derechos de las mujeres en todo el territorio nacional.
La alianza retrógrada de los hombres y las mujeres que están en el poder, ha empezado a dar sus infaustos frutos: muertas y asesinadas sin justicia, desempleadas a favor del triple play —las electricistas-, perseguidas polí­ticas en Puebla y Oaxaca; desaparecidas en Coahuila; atacadas en Chiapas; cercenadas en su libre expresión,  luchadoras sociales y civiles, periodistas y defensoras de derechos humanos; cientos violadas en su tránsito a la emigración norteí±a.

Leyes no aplicables. Refugios para violentadas sin presupuesto. Designaciones en la Comisión Nacional de Derechos Humanos pactadas contra la libertad y un subprocurador, Arturo Chávez, condenado por los organismos sociales e internacionales, pero ratificado por la alianza criminal PRI-PAN.

Calderón y sus aliados, muchí­simos del PRI, en estos tres aí±os han dado al traste con los ”avances» que el movimiento de mujeres construyó durante más de 30 aí±os. Ahora ser mujer es ser botí­n de guerra, empleadas en total precariedad  y presas de un discurso filosófico del siglo XVIII, que engaí±a y confunde a la población.

La cuenta regresiva de un sistema y muchos gobiernos misóginos, es tan abultada que no alcanza ningún espacio para el relato. Tal vez, por eso es urgente una respuesta polí­tica. Entre el 5 y 6 de diciembre las mujeres, afectadas y preocupadas, realizarán un Foro Nacional para reflexionar de fondo y no con pequeí±as acciones, qué significa esta polí­tica, que al menos ha llevado a 20 mujeres a la cárcel en Guanajuato, por interrumpir su embarazo.

Buscará  una respuesta  el ataque frontal contra la interrupción legal del embarazo, que hoy encabeza Fidel Herrera Beltrán desde el gobierno de Veracruz, él un antiguo jilguero priista, implicado en el caso de abuso infantil denunciado por la periodista Lydia Cacho.
Herrera se ha constituido en el promotor de un cambio en la Constitución General de la República para incluir la vida jurí­dica del feto, tal cual lo establece la Iglesia Católica. ¿De qué se trata? Herrera proviene de un partido que heredó las bases del laicismo y el liberalismo mexicanos; es un ejemplar que contraviene la historia en que fue creado. Es evidentemente una pieza acomodada en los más terribles acuerdos electoreros, de lo más nefasto del antiguo partido de Estado que está presto a asaltar el poder.

La iniciativa de este ejemplar, entró la semana anterior a la Cámara de Diputados, con la intención de derrotar los avances (esos sí­ avances en el Distrito Federal), una isla de libertad donde se consiguió la despenalización del aborto, 30 aí±os después.
Mientras eso sucede, no ha habido ningún partido de izquierda que le haga frente, y las débiles fuerzas del movimiento de mujeres han iniciado un proceso de reorganización, que según la diputada Teresa Inchaústegui, pudiera significar el despertar de muchas mujeres, con o sin leyes y acuerdos nacionales e internacionales.

Un grupo llamado ”Feministas Socialistas» logró convocar a mujeres de todo el paí­s, no para discutir el cabildeo con las autoridades, que no oyen ni ven nada, ni para apalancar programas que no sirven a las mujeres, sino, para ponerse al frente de una batalla de futuro incierto. Se trata de recuperar la ética feminista y la real defensa de las mujeres. Aunque ello signifique volver a empezar, como si estuviéramos en la época de la Revolución Mexicana, en que los comités feministas se opusieron  a la dictadura de Porfirio Dí­az y revelaron la trascendencia de crear una nación justa e igualitaria.

Es así­ como estamos. Muchas personas no saben que este aí±o 2009, se festejan los 30 aí±os de la Convención contra todas las formas de discriminación a la Mujer (CEDAW), que México ratificó en 1981 y que sigue siendo una utopí­a; muchas personas no saben que México signó la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, que ambas son ley suprema que están violando, como reconoció hasta el secretario de gobernación de Felipe Calderón y la defendió la presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres, dos instancias de papel, a la luz de la realidad.

De todos modos hay que remarcar, insistir, en que la legalidad en México es una quimera, que tratándose de la mitad de la población este gobierno que nos dará cifras, discursos y mentiras al llegar los tres aí±os, es responsable de que el paí­s se siga llenando de cruces en el territorio, en recuerdo de  las asesinadas y que los gobiernos, en su mayorí­a priistas, han condenado a las mujeres al miedo y la cárcel.

Todas, son cosas que no son menores y revelan el carácter misógino y retrógrado de esta administración federal, en manos de un grupo espurio y machista. Así­ están las cosas.

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *