Foto de Judith Kau Canul

Recuerdo cuando tenia alrededor de 8 o 9 aí±os, escuchaba por la radio anuncios que decí­an: ”gota a gota el agua se agota» u otro que en particular cautivo tanto mi atención que incluso literalmente puse en práctica (muy al entender de mis poco experimentados 8 aí±os de edad) que decí­a: ”una gota de agua nos esta quitando el sueí±o» ¿Recuerda Usted querido lector estos eslóganes publicitarios?
Bueno pues, desde aquellos aí±os (a finales de los 80’s) ya se empezaba a vislumbrar una cruel realidad y que antes de lo pronosticado llegó. Hoy dí­a es común escuchar a los nií±os decir alarmadamente que ”el agua se esta acabando» y mas por la situación que se atraviesa en las grandes ciudades del paí­s en cuanto a este tema se refiere. Ahora yo le pregunto: ¿Simpatiza Usted con esta premisa?
Pese a esto, mi estimado lector, le tengo una gran noticia: ¡El agua no se está acabando! ¡Claro que no! ¡No hay idea mas equivocada que esa! Es bien sabido que en nuestro planeta hay unos mil 400 millones de kilómetros cúbicos ocupados por agua, es decir, las dos terceras partes del tamaí±o total de nuestro planeta; lo cual significa que hay agua de sobra…el problema aquí­, no es la cantidad total de agua que existe, sino, la cantidad de agua de este total que es consumible (dulce o libre de sales) para los humanos, eso significa entonces que solo el 2.5% de ese total podemos consumir los humanos, en otras palabras: la mí­nima parte.
El problema es, el mal uso que las personas inconscientes le dan a esa poca agua que aún nos queda, y si a eso le sumamos que nos encanta contaminar el suelo y por ende el subsuelo, con basura, desechos tóxicos, etc.; nos fascina emplear los lagos, rí­os, lagunas y mares como drenaje;  talamos bosques a diestra y siniestra (y aunque se pague por reforestación, muchas veces esos recursos no llegan a su destino final) provocando con esto elevar la temperatura y por ende el deshielo de los polos, etc. Todo esto en conjunto contribuye con el calentamiento global, lo cual significa que la poca agua dulce que nos queda se contamina y así­, por supuesto que deja de ser consumible. De ahí­ la expresión: ”se está acabando el agua».
Pero, ¿nos hemos puesto a pensar seriamente en lo que sucederá si terminamos de contaminar la escasa agua que queda? Ese, es un tema que si debemos tomar muy en serio; solo para darnos una idea, al no ingerir agua el cuerpo se deshidrata y en consecuencia la piel se arruga (tema de vital importancia entre las mujeres), al no poder regar adecuadamente la siembra, no tendrí­amos frutos (sobre todo aquellos que son ricos en agua, como el melón, la sandí­a, la papa, los cí­tricos, etc.), al no haber agua limpia, las grandes industrias no podrí­an llevar a cabo sus tareas, sean de la í­ndole q sean (textil, minera, petrolera, etc.), ante la falta de agua, no se cumple adecuadamente la fotosí­ntesis y por ende el oxí­geno que respiramos… preocupante ¿verdad?
Sin embargo, todaví­a estamos a tiempo para reaccionar adecuadamente ante esta situación, claro, si dejamos de pensar en lo que pasará, ponemos manos a la obra y pasamos a formar parte de la solución en vez de ser parte del problema. En realidad no es tan difí­cil cuidar el agua; podemos empezar desde casa y si me lo permite amable lector, quiero compartir con usted estos sencillos consejos que yo misma aplico en mi hogar:
– Al lavarse los dientes, utilice un vasito que sirva como medida para el agua que se emplea en esta actividad, tanto para enjuagarnos la boca como para enjuagar el cepillo.
– Si acostumbra a baí±ar a los nií±os en tina, el agua que queda después del baí±o, deposí­tela en una cubeta y bien puede servir para echársela al inodoro después de ocuparlo y así­ la estaremos reutilizando.
– Cuando lave los trastes de la cocina, igualmente emplee medidas tanto para el agua de jabón como para la que utilizamos de enjuague.
– Opte siempre por detergentes biodegradables o amigos del ambiente.
– Si empleó medidas para enjuagar los trastes, desinfectar verduras, etc. el agua sobrante puede servir de riego para las plantas.
– Si nos gusta tener un jardí­n hermoso, la mejor hora de riego es por la tarde cuando el sol está por ocultarse, así­ se absorbe mejor en la tierra.
– Evite las largas horas en la ducha, abra el grifo solo para mojarse y ciérrelo mientras se jabona, procurando no excederse haciendo espuma (no por mas espuma que hagamos significa que estamos mas limpios), ya que gastarí­amos mas agua de la necesaria al enjugarnos. Para la misma limpieza sin tanta espuma podemos emplear el popular ”zacate».
– Cuando lave la ropa, evite el desperdicio de agua, es decir, no espere a que esta salga ”limpia» (sin indicios de espumita del último enjuague) para declararla bien lavada.
– ”Trapee» su auto en vez de tirar litros y litros de agua lavándolo, 2 o 3 litros de agua son suficientes para una buena trapeadita.
– Y algo muy pero muy importante, la basura tiene un lugar especí­fico y se llama ”basurero», no la dejes por ahí­ tirada, recuerda que todo eso se va a los mantos acuí­feros subterráneos, lo que provoca que contaminemos la poca agua dulce que nos queda.
Como ve mi querido lector son recomendaciones por demás sencillas que ayudan en gran escala a mantener al agua ”limpia». Si todos ponemos de nuestra parte la tarea se hace más fácil. Reflexionemos seriamente en las ”condiciones» del planeta que queremos heredarle  a nuestros hijos y nietos; piense: a Usted ¿le gustarí­a que le obsequien algo feo, sucio, roto y deteriorado?… No ¿verdad?

Tony Coral

Graciela Machuca

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *